YouTube y la reducción de costes televisivos

YouTube nos está demostrando que hacer programas de televisión amenos, y con contenido cultural de calidad, es posible con recursos extremadamente limitados. No faltan ejemplos de creadores que, con unas pocas cámaras modernas, y tal vez con un pequeño dron, realizan magníficos reportajes sobre los más variados temas, alcanzando impresionantes cifras de audiencia.

Tampoco faltan periodistas que, por vocación o por haber perdido su empleo en un medio tradicional, o tal vez simplemente en busca de mayores grados de libertad, realizan periodismo de investigación. También resúmenes de las noticias que permiten mantener muy bien informado al ciudadano medio. Lo hacen dedicando parte de su tiempo a esta labor, tal vez pensando en conseguir ingresos vía monetización de sus videos, o por conseguir de algún patrocinador, o por simplemente por afición o vocación. Por supuesto, estos periodistas pueden ser de nuestro país, de nuestro ámbito idiomático, o de cualquier otro ya que la inteligencia artificial está permitiendo realizar traducciones de notable calidad.

De hecho, si queremos tener una opinión diferente sobre algunos temas delicados, como la guerra de Gaza, la evolución de la economía argentina con Milei, o las intenciones del presidente Trump, no queda más remedio que huir de los canales oficiales y mayoritarios.

Por supuesto, también hay programas de entretenimiento, e infantiles, con diferentes orientaciones y formatos, con frecuencia novedosos. En estos casos, pueden estar firmados por alguna empresa capaz de ofrecer su producto en múltiples idiomas, obteniendo así, importantes recursos financieros. De hecho, no sería nada extraño que en poco tiempo apareciera un nuevo concurso musical de Eurovisión más libre, menos politizado y, sobre todo, de mejor gusto.

Desde luego, y como no puede ser de otra manera en una plataforma a la que cualquiera puede “subir” sus contenidos, tampoco falta telebasura. Pero, lo cierto es que a poco que se sepa elegir, esos programas van desapareciendo de la oferta principal.

En definitiva, el fenómeno de YouTube (también de alguna otra plataforma más con similar planteamiento de negocio) pone de manifiesto como la apertura y la libertad creativa conlleva una reducción de costes que, lejos de significar una pérdida de calidad, la gana. No es raro que muchos anunciantes consideren que llegan mejor a su público objetivo a través de estos nuevos canales. Una tendencia que previsiblemente se acentuará a medida que pase el tiempo. Lo más curioso es que el propio gobierno, -como principal demandante de servicios publicitarios-, también está migrando.

Es cierto que para algunas personas mayores manejar una conexión a Internet a través de una smart-tv se hace complicado, por lo que, de momento, las tv tradicionales pueden seguir gozando de cierta audiencia, aunque esta esté en caída libre.

Ante este panorama hay múltiples indicios de que las cadenas de televisión privada ya están ajustando sus presupuestos. Y eso que también cuentan con el recurso de “ofrecer favores” a los gobiernos a cambio de subvenciones. 

Sin embargo, como era de esperar, las televisiones públicas no se están dando por enteradas. Sus presupuestos siguen aumentando como si nada de todo esto estuviese sucediendo. Lo único importante, parece ser, es que los gobiernos sigan pensando que son un instrumento para decirle al público a quien tienen que votar.

Con todo, lo más inquietante de esta reflexión es pensar que puede estar sucediendo algo similar en otros ámbitos financiados con los presupuestos públicos como puede ser la educación o, incluso, la sanidad.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.
Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias