Actualidad
Una suave y ligera brisa invade pacíficamente el entorno. El escenario es sencillo, como tiene que ser: un par de copas de whisky sobre una mesa redonda y dos sillones de mimbre. Los protagonistas: un hombre y una mujer; ¿para qué más? No hay antagonista alguno. El decorado: la inmensidad
Recién llegado de un largo viaje por Malasia -concretamente han sido 11 meses en Kuala Lumpur, por negocios (he conseguido vender un nuevo formato de sacacorchos que funciona con energía solar y que tiene, como decoración, unas lucecitas de colores, estilo discoteca, la mar de cuquis), -me encuentro con una
INunca, jamás, he comprendido la práctica de los deportes llamados “de riesgo”. Francamente, no alcanzo a visualizar el interés que suscita una tal majadería. ¡Cómo si no bastara la peligrosidad que acecha al ciudadano común, desde el momento de su aparición en el famoso “valle de lágrimas! Pues sí señor:
No soy amigo de las moscas. Ni tan solo, partidario. No me gustan, aunque yo les guste. No me caen bien. Cuando puedo, las elimino. Y si no puedo eliminarlas, las mato. Me parecen unos animales absurdos y no me producen ni la más mínima simpatía. Y, además, las moscas,
Soy de los que piensan que las ideas se esfuman. Sí, se esfuman, se volatilizan. Y ustedes, amables lectores, se preguntarán: ¿por dónde se esfuman las ideas? ¿Y por qué? Voy a intentar relatar mis profundos conocimientos en la materia, de manera que ustedes -público en esta ocasión- lo puedan
Desde siempre, me he considerado un apasionado visitante de las llamadas librerías de “viejo”, establecimientos donde –como su nombre indica a la perfección- se compran y venden volúmenes previamente usados; o, mejor dicho y con una expresión más acertada, leídos (y hasta puede que releídos, ya por rizar el rizo).
Quiero dedicarle este artículo a mi madre. No es por nada concreto; hace tiempo que le quería dedicar un artículo y hoy he pensado: ¡venga! No creo que le moleste a nadie este gesto filial; y, además, mi madre ya hace años que “vive” Allá en el Rancho Grande…Así pues,
Cuantas y cuantas veces he pensado en lo que hubiera o hubiese hecho, en el apasionante caso de que mi vida se hubiera o hubiese desplazado por otros derroteros que los que me ha tocado vivir. Una de las cosas que, en la próxima vida, si Dios quiere, cumpliré a
Desde un punto de vista del lenguaje, la sociedad actúa, periódicamente, a base de un cierto número de frases hechas que, una vez construidas, son lanzadas al medio público y, en un breve espacio de tiempo, son repetidas hasta la saciedad por todo aquel que tiene algo que decir o
Dios me ha llamado. Se ha puesto en contacto conmigo. En los últimos tiempos, Dios se me aparece a menudo; se diría que con una frecuencia ligeramente excesiva; no es que se haga pesado, pero un poco peñazo sí que resulta. Pero claro, Dios es Dios y a usted le
Hay cosas que me gustan y cosas que no. De hecho, hay cosas que me gustan mucho y otras que no me gustan nada. En cualquier caso, no estoy demasiado seguro de poder discernir cuales –de entre estas cosas- me gustan y cuales me desagradan. Por cierto, algunas de las
El título de este artículo se refiere a una expresión castiza que significaba, ni más ni menos, que se había acabado la fiesta (o lo que sea); es lo que, hoy en día, se diría como game over. Mi padre la solía utilizar en muchas ocasiones cuando algo dejaba de