Ha finalizado el debate de investidura de la manera que la mayoría preveía, sin presidente electo. Yo pertenecía una vez más a la minoría y pensaba que se podría dar una abstención de una serie de Señorías que sirviesen para tener Presidente, lo que un buen amigo llama sin paños calientes un tamayazo…
Reconozco que he errado en mi pronóstico y que si los votantes vascos y gallegos no lo remedian iremos a unas terceras elecciones generales en un año, lo cual no está nada mal.
En el debate de investidura pocas cosas nuevas se oyeron; todos habían fijado previamente su postura por lo que no dejaron lugar a la sorpresa, votaron lo que anunciaron y el resultado fue idéntico en ambas votaciones, 180 a 170.
Circula por las redes sociales una frase que dice que la gente no escucha para entender sino para contestar y creo que es lo que pasó el otro día en el Congreso, se ajustaron tanto al guión preestablecido que les daba igual lo que dijera el adversario, contestaban con más o menos gracia pero dentro de lo previsto.
Eso fue lo que realmente me preocupó, nadie era capaz de hacer una concesión al adversario, reconocer méritos adversos o deméritos propios y sobre todo sus señorías son víctimas de un encorsetamiento de partido que no les da ningún margen de opinión fuera de la doctrina oficial. Admiro profundamente el parlamentarismo británico que se maneja con mucho más soltura dialéctica y que tiene una cintura política que aquí supondría un expediente para los diputados díscolos.
Para acabar les diré que lo que me preocupa también de verdad es que el eterno candidato señor Sánchez mire hacia este pequeño país como ejemplo de gobernanza; el modelo de la Presidente Armengol es el que, parece, se quiere elevar al gobierno central y eso, según mi modesta opinión (siempre me ha parecido una frase hecha cursi…) es grave por varios motivos: la Presidente Armengol no tiene un pensamiento político conocido que no sea el sectarismo, pretende acabar con los adversarios (como si estos necesitasen a alguien para hacerlo); sus ideas políticas son gobernar para los pocos (nunca tan pocos) que le han votado y lanzar grandes ideas, las más de las veces ocurrencias, que su cuenta bancaria no puede atender. Espero que si gobierna el PSOE, que seguro que lo hará algún día, lo haga en base a otros oráculos pues si lo hace partiendo del pensamiento de la Presidente Armengol nos van a echar, físicamente, de Europa.
Que pasen un buen día.