La denuncia parte del sindicato Tu Abandono Me Puede Matar – Asociación Profesional de Trabajadores Penitenciarios (TAMPM). Su portavoz en las Islas, Nacho, advierte de una situación insostenible: "En la cárcel de Palma debería haber nueve médicos en plantilla, pero actualmente solo hay uno en activo, que ha sido contratado recientemente. Hay otro médico que sí cubre la plaza de Facultativo de Sanidad Penitenciaria, pero ahora mismo se encuentra de baja".
Nacho, funcionario de prisiones desde hace 20 años -y los últimos 18 en Mallorca- añade que en "las prisiones de Menorca e Ibiza, directamente no hay médicos penitenciarios. Y es que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, es la responsable de gestionar el personal sanitario penitenciario. Sin embargo, las convocatorias para cubrir plazas médicas exigen superar oposiciones que, en la mayoría de los casos, quedan desiertas por falta de candidatos.
INTERIOR NO CONSIGUE CUBRIR LAS PLAZAS MÉDICAS
La situación en la sanidad penitenciaria es, según expertos y trabajadores, dramática y estructural. En octubre, el Ministerio de Fernando Grande-Marlaska volvió a sacar a oferta 89 plazas del Cuerpo Facultativo de Sanidad Penitenciaria —correspondientes a convocatorias de 2022, 2023 y 2024— todas ellas desiertas.
La principal razón: una diferencia salarial mensual superior a 1.000 euros entre médicos de prisiones y sus homólogos en centros de salud u hospitales. Actualmente, el sistema penitenciario español cuenta con solo 170 facultativos para casi 50.000 presos (datos de septiembre de 2023), es decir, un médico por cada 294 internos. De las 536 plazas ofertadas, 366 permanecen vacantes, un 69 por ciento sin cubrir.
En Baleares, además, el coste de vida elevado hace más difícil atraer médicos: "Mallorca es una isla cara, con alquileres imposibles y una cesta de la compra inflada. Los que vienen, aprenden rápido y se marchan al año siguiente", señala Nacho.
CARENCIA DE ATENCIÓN PRIMARIA Y CONSECUENCIAS PARA LOS INTERNOS
En cárceles como la de Palma, la dotación sanitaria llega solo a una novena parte de las plazas oficialmente necesarias. Y esta falta de personal sanitario afecta directamente a la aplicación del régimen penitenciario. Por ejemplo, en peleas entre internos, se exige valoración médica previa para aplicar el aislamiento. Sin embargo, por falta de médicos, los traslados se realizan a otros módulos residenciales. "Los presos terminan yendo de un módulo a otro, lo que distorsiona el funcionamiento del centro", afirma Nacho.
Los propios funcionarios también se ven desprotegidos. "Sufrimos agresiones constantes y no somos considerados Profesión de Riesgo, a pesar de que esta categoría ya la tienen los policías autonómicos, locales, la tripulación de vuelo o incluso actores y miembros del mundo del espectáculo", denuncia Nacho. También señala que un funcionario de prisiones es agredido cada 16 horas en España.
Además, tras años de reivindicación, el colectivo aún no ha sido reconocido como agente de la autoridad. "Llevamos años pidiendo este estatus y el trámite parlamentario sigue paralizado", critica.
INDEMNIZACIÓN POR RESIDENCIA: UN AGRAVIO MÁS PARA LAS ISLAS
El sindicato TAMPM forma parte de la Unidad Sindical Insularidad Digna, que reúne a 21 sindicatos y asociaciones profesionales de Guardia Civil y Policía Nacional. Esta plataforma no se limita al ámbito penitenciario, sino que reclama una indemnización por residencia acorde al coste real de vida en las islas. Nacho subraya: "Se trata de una cuestión de justicia: llevamos desde 2006 sin actualizar el complemento de insularidad".
Actualmente, la indemnización por residencia en Mallorca es de apenas 76 euros al mes, mientras que en Canarias alcanza los 120 euros y en Ceuta y Melilla ronda los 600. "Es imprescindible un estudio serio e independiente del coste de vida que respalde una actualización realista", reclama.
TRANSFERENCIAS AUTONÓMICAS Y COLABORACIÓN INSTITUCIONAL
Desde la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP) se insiste en que el Gobierno debe cumplir con lo establecido en la Disposición Adicional de la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, que marcaba un plazo de 18 meses para transferir a las comunidades autónomas las competencias de sanidad penitenciaria. Sin embargo, 21 años después, solo Cataluña, País Vasco y Navarra han realizado esas transferencias.
"La diferencia salarial entre los médicos de prisiones que dependen de comunidades con las competencias transferidas y los que siguen bajo la administración del Estado ronda los 500 euros mensuales", indica Nacho. A esto se añade que en Baleares no se cubren las jubilaciones con nuevas incorporaciones: "Año a año, los que entran no cubren a los que se van".
En este contexto, el Ministerio del Interior y el IB-Salut firmaron en 2023 un convenio de colaboración para mejorar la asistencia sanitaria en los centros penitenciarios del archipiélago. Su objetivo es elevar la calidad de la atención médica mediante la cooperación institucional.
El convenio tiene una vigencia inicial de cuatro años, prorrogables, y contempla medidas como el acceso controlado del personal sanitario penitenciario a los sistemas de historia clínica digital del IB-Salut, la creación de una Comisión de Seguimiento paritaria, el impulso de la telemedicina y la formación continua. También se permitirá que profesionales en formación del IB-Salut realicen rotaciones en las prisiones si así lo desean.
UNA MEJORA QUE AÚN NO SE MATERALIZA
No obstante, la existencia del acuerdo no garantiza una mejora si no se cubren las plazas médicas ni se ofrecen incentivos reales para atraer y retener a los profesionales en Mallorca. Por todo ello, Nacho hace un llamamiento directo a la presidenta del Govern, Marga Prohens: "Que no se olvide de nosotros. Las prisiones están aquí, en su comunidad. También son su responsabilidad".
2 respuestas
Un médico penitenciario debería cobrar más que un médico de atención primaria. Es un trabajo más penoso y peligroso, atiendes a personas con graves problemas de adicciones y pacientes que pueden ser violentos y no sabes como van a reaccionar. Los que dicen que la cárcel es un hotel, es porque no han estado nunca en ella y los otros que dicen que se fastidien porque son delincuentes, es porque son igual que ellos, Lo avanzada que está una sociedad también se demuestra en estas cosas y en la humanidad que mostramos con gente que a lo mejor en su día no la tuvo con otros.
ja ha sortit el defensor de los desemparados que tuvieron un mal dia,pero menos mal que no te varen robar a tu o coses pitjors a qualque familiar teu,perque sino ni piularia…visc a un poble que quasi arriba a 2000 habitans i tenim un metge 3 dies a sa setmana i aixo que contribuim a sa societat amb imposts i no dedicar-nos a delinquir….pero clar es pobrets aquest en necessiten un per 1000 habitants pk com k estan avorrits juguen cada dia a pilla pilla i es fan mal….envers d un metge lo k necessiten es llandera.Es discurs aquest de buenismo amb es dolents ja cansa i es un queda un poc ridicul a una societat que envers d avançar anam cap`enrera amb aquests iluminats.