Esta contracción de la demanda repercute directamente en el bolsillo del consumidor. “Esta subida de precios provoca que nuestros clientes no tengan los recursos económicos que tanto esperan los restauradores”. Otro sector que ha mermado sus ingresos notablemente ha sido el de las excursiones, si bien, en menor porcentaje que el de la restauración.
Según Fiol, todo este aumento de precios desemboca en una sola dirección: la oferta ilegal. “Lo que realmente preocupa al sector es que este encarecimiento desemboca en un aumento de la oferta ilegal en todas sus vertientes turísticas. Está claro que no existen compañías pirata, pero si que hay un aumento de la demanda que provoca la proliferación de compañías de bajo coste que poco favor hacen al turismo de calidad”.
LA LOSA DEL ALQUILER VACACIONAL
Uno de los máximos exponentes de la proliferación de la oferta ilegal se refleja en el alquiler vacacional, que se ha visto aumentada por la subida de precios en las estancias hoteleras y tienen incidencia directa en los servicios que puede ofrecer un hotel, siendo las agencias de viajes bastante perjudicadas. En este sentido, Fiol asegura que “la excesiva oferta de alquiler vacacional ilegal que nutre y seduce a una oferta de muy baja calidad como consecuencia de los excesivos precios para alojarse en un hotel. La oferta ilegal deriva en una competencia desleal que sufrimos las agencias, ya que, los guías y excursiones que contratan son con precios muy inferiores a los que ofrecemos”. Otra de las consecuencias negativas de este turismo es que abarrota supermercados y vacía las terrazas.
Desde la propia AVIBA afirman que este incremento se justificaba por el aumento de rotación de clientes debido a que pernoctaban menos noches, pero, en la actualidad podemos afirmar que “no es una cuestión únicamente de volumen de turistas, sino, que existe una oferta paralela que consigue seducir a muchos pseudo turistas que vienen a disfrutar de nuestra isla al margen de la ley”.
Respecto a la subida de precios, Fiol entiende que “no es algo negativo, todo lo contrario, consigue atraer a un turismo de mayor calidad, dispuesto a pagar más por sus vacaciones. El problema ha sido que esta subida, quizás, no ha sido dimensionada con la situación económica actual de nuestros mercados emisores”.