Font ante la financiación autonómica

El presidente del PI, Jaume Font, tiene ante sus ojos la perspectiva de convertirse en partido bisagra a partir de las autonómicas del 2015.  Aún falta mucho para esta cita electoral. Y es muy importante ver cómo afrontará  Bauzá el 2014. Todos los indicios apuntan a la recuperación económica, ya de una manera palpable. Pero falta por saber si el actual presidente será capaz de rehacer puentes y de desarrollar una praxis mucho más centrada en el diálogo y en el consenso social. Es la oportunidad que tiene para mantener la mayoría absoluta. De lo contrario, el PP no tendrá otra salida que buscar pactos en una situación de desventaja.

Es en este contexto en que se mueve el PI. Y esta es la clave de los mensajes que está lanzando Font y su partido. Su afirmación de que no pactará con nadie que muestre sumisión ante Madrid es todo un símbolo de hacia donde quieren los regionalistas que se dirija la política balear del futuro. El Gobierno central sigue mostrándose displicente con Baleares. Vergonzantemente displicente. La lealtad y el respeto que les ha mostrado Bauzá no se ha traducido en el cumplimiento de todos los compromisos en cuanto a financiación. Esa falta de recursos se traduce luego en una alarmante falta de capacidad inversora que a la postre se traduce en más padecimiento en las empresas y en el tejido social.

Madrid impuso a Bauzá una política de recortes dirigida a reducir el déficit. El presidente ha cumplido con disciplina y resignación. Pero a la hora de los premios,  Baleares no cuenta. Y este es el discurso que está haciendo suyo el PI, llamando a la firmeza y a que el Archipiélago se haga valer ante el poder central, sea el que sea.

No hay que ver sentimentalismos de bandera en esta postura, sino el más seco, duro y estricto de todos los pragmatismos. La otrora sólida clase media isleña se está hundiendo y busca quien le apoye para salir del atasco. Esta es la fuerza de Font. Y en ella basa su convicción de que puede ser bisagra dentro de dieciocho meses, con la libertad de pactar y hacer presidente a quien se comprometa a hacer piña para arrancarle a Madrid hasta el último céntimo que en justicia le corresponde al Archipiélago.

Cada vez está más claro que si para hacer realidad estas reivindicaciones Font se ve forzado a pactar con los nacionalistas de izquierda, és una evidencia que lo hará. De momento, y si no cambia, Bauzá no le deja ni otro recurso ni otra salida.

El tiempo pasa, inexorable. Y el actual ambiente social balear favorece las aspiraciones de Font y su gente. Este es un hecho incuestionable.

 

 

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