Una encuesta de Hostelería de España revela que los españoles prefieren la concienciación a la prohibición en cuanto al hecho de fumar en terrazas.
Según los resultados, un 69,3% de los españoles considera que las campañas de información y sensibilización son más efectivas para reducir el consumo de tabaco que las prohibiciones directas.
Este posicionamiento es compartido tanto por fumadores como por no fumadores, y se alinea con las conclusiones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que ha recomendado priorizar la educación en hábitos saludables, especialmente entre los jóvenes, antes de implementar restricciones que podrían resultar anticompetitivas o poco efectivas.
LA PROHIBICIÓN NO ES VISTA COMO UNA PRIORIDAD
Además, la posible prohibición de fumar en terrazas tampoco es vista como una prioridad para la mayoría de la población. Según la encuesta, más del 56% no considera urgente adoptar esta medida, mientras que un 85,2% anticipa que los fumadores seguirían haciéndolo en las inmediaciones, dificultando la labor de los trabajadores de los locales y generando nuevos problemas de convivencia.
Asimismo, un 57,4% de los encuestados considera que podría producirse un efecto rebote, trasladando las reuniones con fumadores a espacios cerrados como los domicilios, lo que incrementaría la exposición al humo en lugares con peor ventilación.
Por otro lado, un 62,6% teme un efecto negativo sobre la imagen de España como destino turístico, al convertirse en el único país de la Unión Europea junto con Suecia en prohibir fumar en terrazas. De hecho, Francia acaba de excluir a las terrazas de su reciente ampliación de prohibición en espacios abiertos.
UNA MEDIDA QUE PODRÍA SER PERJUDICIAL
Desde Hostelería de España se alerta sobre el daño que podría suponer esta medida para los negocios, sobre todo en zonas con alta afluencia turística o clima favorable, donde las terrazas tienen un peso clave en la actividad diaria a lo largo de buena parte del año.
"Es fundamental garantizar la convivencia y evitar la imposición de cargas adicionales a los profesionales del sector hostelero. Las terrazas son un espacio clave para la vida social y económica del país, y cualquier decisión debe valorar con seriedad su impacto real en términos de empleo, actividad empresarial, competitividad turística y experiencia de los clientes", afirma José Luis Álvarez Almeida, presidente de Hostelería de España.
La encuesta refleja también un amplio escepticismo sobre la efectividad de la medida. Menos de un tercio de la población cree que prohibir fumar en terrazas contribuiría a reducir el consumo o a que más personas abandonen el tabaco. Entre los fumadores, el 72,1% descarta que la norma los lleve a fumar menos, y el 62,9% de la población duda que la prohibición llegue a cumplirse en la práctica.
Un comentario
Esta encuesta parece totalmente mediatizada. Las preguntas hechas están dirigidas y manipuladas para llegar a las conclusiones que Hostelería de España, asi como Philip Morris y la Mesa del Tabaco, su colaboradores, quieren transmitir. Esta medida no afectará negativamente a los ingresos de la hostelería, como no pasó cuando se prohibió fumar en interiores ni cuando se prohibió el cinsumo de tabaco en terrazas durante la pandemia. Quien diga que los españoles dejarán de consumir en las terrazas porque n se pueda fumar, es que no conoce la idiosincracia española. El apoyo a las terrazas sin humo es mayoritario y lo será aún mayor cuando se implemente, igual que paso al establecerse los interiores de hostelería como espacios sin humo. Esta medida no solo ayuda a desnormalizar el consumo sino que proteje la salud de los trabajadores de hostelería, entre los cuales puede haber personas con patologías respiratorias, cardiovasculares y oncológicas, además de mujeres embarazadas, y que ahora mismo se ven discriminados en su puesto de trabajo al verse obligados a estar expuestos a un cacerígeno. También ayuda a tomar la decisión de dejar de fumar a ese 70% de fumadores que quieren dejarlo. Las campañas de concienciación y edicación son muy importantes y necesarias pero no suficuentes. Sancionar también es educar . Sino existiesen sanciones la gente seguiría aparcando en segunda fila, por mas que nos ha educado a que es algo que no se debe hacer. Lo mismo ocurre con el consumo de tabaco.