Hidalgo está más nervioso que nunca. No lo decimos nosotros, sino sus empleados más próximos. Motivos tiene el presidente de Globalia para el desasosiego. Las cuentas no le han salido en 2010 y las perspectivas para 2011 son similares. O sea, regulares. ¿Puede que peores? En turismo no se pueden hacer predicciones. Y menos en una coyuntura de incertidumbrecomo la que vivimos. El grupo de Hidalgo lo va a pasar mal por diferentes motivos. Pero su situación no es similar a la del Grupo Marsans. Entre otras razones, porque no tiene tras de sí un pozo sin fondo como Air Comet. Su compañía aérea es ahora mismo su gran activo. Quién lo diría: una empresa de aviación liderando los beneficios de un grupo emisor. Así de raro y complejo es el mundo del turismo. Globalia cuenta además con marcas reconocidas: la propia Air Europa, Halcon, Travelplan… Nada que ver, pues, con Marsans. Be Live, la cadena hotelera, es el gran problema del grupo. Y no sólo por el pleito con Oasis. El negocio inmobiliario, al margen del grupo, también le ha golpeado duramente al empresario salmantino. Tanto en España como en el Caribe. No hay paralelismo con Marsans, sin duda. Pero a Juan José Hidalgo no le quedará más remedio que vender activos. La deuda del grupo no es alarmante, ni siquiera preocupante. Pero con 19 millones de euros de beneficio sobre una facturación de 3.612 no se va a ninguna parte. Y la tónica para este año irá por ahí. El turismo español, su principal fuente de ingresos, no mejora. Los grupos emisores de nuestro país tienen, encima, otro frente: la irrupción de Nautalia. Se quiera o no, este proyecto va a hacer pupa en Globalia y Orizonia. Es un contrasentido menospreciar la puesta en marcha de Nautalia. De una forma u otra les hará pupa a los dos grandes grupos. Un competidor agresivo como éste acaba afectando a la cuenta de resultados. Dudarlo es de necios. Hidalgo estuvo hace dos años a punto de vender Air Europa. Era por las primavera de 2009. Entonces la compañía no funcionaba lo bien que lo hizo a finales de ese año y en todo 2010. Se habló de conversaciones muy avanzadas con Air France. El mismo Hidalgo las propagó. Varios brokers se movieron para colocarla en unos fondos inversores. Pero luego dieron marcha atrás. Si no vende activos, Globalia deberá buscarse socios. La salida en Bolsa ahora con los números que arroja es tarea complicada. Tan complejo como desprenderse de una aerolínea cuyo funcionamiento está muy ligado a las ventas de la redes minoristas del grupo y de Travelplan. Seguro que hay socios para unas empresas con marcas acreditadas. Pero costará lo suyo conseguir inversores. ¿Y la división hotelera? Este es el grave problema del grupo. Y no sólo por la deuda de Oasis. El negocio hotelero no lo dominaHidalgo. Se ha estrellado con independencia del litigio con Pueyo. ¿Será capaz Javier Blanco de sacar adelante a Be Live? Pocos lo creen. Los hoteles están en venta. Los de República Dominicana están siendo analizados por unos colegas. Pero no hay mucho interés. El panorama no es halagüeño, por consiguiente. Pero no tiene nada que ver con Marsans, insistimos. Eso sí, siempre y cuando no caigan en los errores de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz: el maldito orgullo. No están las cosas como para hacerlas por bemoles. Ahora más que nunca es cuando se requiere grandes dosis de raciocinio. Equipo directivo hay en Pozuelo y Llucmajor.
