Los 473 activistas de la Global Sumud Flotilla, detenidos por las autoridades israelíes cuando se dirigían hacia Gaza para entregar ayuda humanitaria, han sido trasladados a la prisión de Saharonim, en el desierto del Neguev, al sur de Israel. Según ha confirmado la abogada de Adalah, Loubna Tuma, los tripulantes de los barcos interceptados permanecerán allí a la espera de ser deportados a sus países de origen.
Los activistas, procedentes de 41 embarcaciones interceptadas entre el miércoles y el jueves, han sido conducidos inicialmente al puerto israelí de Asdod, donde pasaron un “proceso de inspección” bajo la supervisión de más de 600 agentes de seguridad, según el diario The Times of Israel. La Policía israelí indicó que el procedimiento se realiza en coordinación con la Autoridad de Población y Migración y el Servicio de Prisiones, como paso previo a la expulsión.
On Yom Kippur, hundreds of Israel Police officers operated at the Port of Ashdod as part of the response to the provocative flotilla. Over 250 participants have so far been received from the IDF, screened, and safely transferred for further processing and deportation. The… pic.twitter.com/9NregJhibH
— Israel Police (@israelpolice) October 2, 2025
UNA EMBARCACIÓN DE LA FLOTILLA LLEGA A CHIPRE
Mientras tanto, una de las embarcaciones de la flotilla ha logrado llegar a Chipre, donde la han recibido en el puerto de Lárnaca con 21 personas a bordo, dos de ellas con problemas de salud crónicos. El Gobierno chipriota ha asegurado haber actuado “de manera inmediata y responsable” siguiendo los protocolos humanitarios y permitiendo el acceso consular a los pasajeros, entre los que había ciudadanos de países de la Unión Europea y de terceros Estados.
El Ministerio de Exteriores israelí ha asegurado que “ninguno de los barcos de la flotilla ha logrado romper el bloqueo naval impuesto sobre Gaza” y da por finalizada la operación con una frase contundente, “la provocación ha terminado”.
PALMA SE MOVILIZA
En Palma, más de mil personas se concentraron frente al Ayuntamiento para expresar su solidaridad con los activistas detenidos y exigir su liberación. La protesta, convocada por Marxes per a Palestina Mallorca y Moviment Global a Gaza Mallorca, se extendió durante cerca de una hora bajo gritos como “La solidaridad no es un crimen” y “No es una guerra, es un genocidio”.

La concentración contó con pancartas como “Palestina libre” y “Fin del genocidio”, y también sirvió para visibilizar que entre los arrestados había tres activistas mallorquinas: Lucía Muñoz, Reyes Rigo y Alejandra Martínez.
En medio de una jornada cargada de tensión simbólica, los manifestantes reclamaron un freno al bloqueo israelí, la liberación inmediata de la flotilla y una acción diplomática efectiva para proteger a quienes viajaban con fines humanitarios.