El Club de Vela Port d’Andratx (CVPA) atraviesa una de las situaciones más críticas de su historia. La reciente decisión del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) sobre la nueva configuración del puerto ha reducido significativamente la superficie disponible para el club, comprometiendo su capacidad para continuar con sus actividades deportivas, formativas y sociales.
Desde la Junta Directiva del CVPA califican la resolución como “la peor de las dos propuestas” que Ports de les Illes Balears (PortsIB) había presentado al tribunal. En concreto, el TSJIB ha optado por la alternativa 4.2, una opción que —según el club— no garantiza la viabilidad del proyecto náutico y social que lleva más de medio siglo en funcionamiento.
LAS OPCIONES ENCIMA DE LA MESA
En cambio, la opción 4.1, principal propuesta de PortsIB, habría permitido mantener el equilibrio entre los derechos de la nueva concesionaria y el espacio necesario para el desarrollo de las actividades del club, cumpliendo al mismo tiempo la sentencia del Tribunal Supremo que fijaba los límites de la solución.
“Esta medida puede llegar a cerrar las puertas de un club ejemplar”, advierte la Junta Directiva, que ha solicitado que se reconsidere la opción 4.1.
El CVPA defiende que la decisión judicial pone en riesgo la continuidad de un proyecto con más de cinco décadas de historia, que ha sido referente en la comarca de Andratx y en el tejido social del Ponent de Mallorca. El club recuerda que su labor va mucho más allá de la gestión de amarres, con una clara vocación de servicio público: forma deportistas, promueve la igualdad de oportunidades, fomenta el respeto por el mar y trabaja por la integración social.
UN REFERENTE EN VELA INCLUSIVA
En este sentido, el Club de Vela reivindica su papel como referente internacional en vela inclusiva, por su trabajo pionero en la integración de personas con discapacidad en el deporte náutico.
“Reivindicamos la preservación de estos valores, y no solamente los económicos”, subrayan desde la entidad, que se acoge a la misma filosofía expresada por el auto judicial: si el futuro concesionario no puede verse perjudicado por una actuación administrativa del pasado, el club tampoco debería verse menoscabado por los efectos de aquella decisión.
A pesar del revés judicial, el CVPA ha reafirmado su voluntad de continuar adelante con sus programas deportivos, educativos y sociales, aunque, según reconoce la Junta Directiva, a día de hoy desconocen cómo ni dónde podrán hacerlo.
La incertidumbre se instala así en el corazón náutico de Andratx, donde el club —sin ánimo de lucro y con una historia ligada a la comunidad local— intenta resistir ante una resolución que amenaza con cambiar para siempre la fisonomía social y deportiva del puerto.
