Los restaurantes cierran las fiestas de Navidad con registros similares al 2019. Sin embargo, afrontan los próximos meses con mucha cautela debido a la situación de incerteza producida a raíz de la guerra de Ucrania y que afecta directamente a los principales mercados emisores de turistas de Baleares.
El balance que presentan los hosteleros de los datos registrados durante las navidades en Mallorca es positivo. “Hemos observado que estamos con los números del año 2019 en cuanto a facturación”, manifiesta a mallorcadiario.com Alfonso Robledo, presidente de Restauración CAEB, quien a su vez se muestra bastante crítico con la situación económica ya que “debido a la tremenda inflación que vivimos no tenemos los beneficios que esperaban obtenerse”.
Esta coyuntura ha provocado que muchos restaurantes hayan tenido subir precios en los menús de Navidad, Fin de Año y Reyes. “Ninguno ha subido lo que nos han subido a nosotros el coste de materias primas”, enfatiza Robledo. Otros restauradores han optado por otra estrategia que se refleja en una “economización” de la carta, evitando así una subida de precios.
AUMENTO DE LOS PRECIOS
Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios ( OCU) revela un aumento del 4,2 por ciento de la cesta de la compra en Navidad respecto del año pasado. En relación con este hecho, Alfonso Robledo nos comenta que “ha habido una subida general en muchos productos que traen de la península como el marisco”. Los datos sobre el marisco que arroja este estudio es que en productos como las almejas se ha producido un aumento del 44 por ciento y un 33 por ciento en los percebes. Donde se observan mayores subidas es en los llamados productos de importación de alta calidad como el champagne.
OPTIMISMO
Generalmente en el mes de enero tiende a haber una bajada general en el gasto por habitante después de los excesos de las navidades, la llamada “cuesta” de enero. Sin embargo, el sector de la restauración afronta con cierto optimismo debido a las condiciones climatológicas. “Dentro de que enero es malo, el tiempo está siendo muy bueno y favorece que la gente salga a comer fuera, es un factor fundamental”. Otro factor del que depende el mes de enero son las fiestas de Reyes y San Sebastián, “tenemos la suerte de que la fiesta patronal de Palma cae en enero y eso nos permite salvar bastante los muebles ya que la gente sale a la calle y aunque sea solo en bebida se produce un gasto sobre la media”. El peor mes para la hostelería es febrero, debido a que “es un mes corto y la fiesta de San Valentín ha perdido fuelle”, matiza Robledo.
PERSPECTIVAS DE FUTURO
El hecho de que en verano se haya trabajado muy bien en la hostelería, permite a este sector afrontar con ciertas garantías la próxima temporada, no hay que olvidar el contexto de incerteza en el que vivimos debido a la crisis de Ucrania y el repunte de casos de COVID. Referente a este asunto, Robledo se muestra preocupado "por la situación de nuestros mercados emisores, como el alemán, ya que han sufrido también subidas de precios importantes derivadas de la inflación, a parte del repunte de casos de COVID en China y los rumores que hay de volver a implantar las restricciones”.
UN CLIENTE REPETITIVO
Un hecho que hace que el sector de la restauración muestre su especial preocupación sobre lo que pase en Alemania es que es un perfil de turista “mucho más viajero que el español” que en condiciones normales “viaja 4 veces al año mínimo y si se encuentra bien en un establecimiento repite”. Otro hecho que caracteriza este turista es su preferencia por el producto local ya que "nos ha enseñado a trabajarlo”. “En los últimos años se los productos locales como el aceite, vino, queso gozan de gran prestigio y mucha culpa la tienen los turistas que se han convertido en muy buenos embajadores del producto KM0”, concluye Robledo.
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