Mallorca no solo es calas turquesa y sombrillas rayadas. En su interior laten montañas donde el tiempo camina descalzo y el silencio tiene eco. Si buscas rutas fáciles, vistas que quitan el hipo y una pizca de mística, estas tres caminatas hacia ermitas y santuarios son tu billete a la Mallorca pausada, rural y deliciosa. Ponte las zapatillas, mete una ensaïmada en la mochila y deja que la isla te cuente sus secretos desde las cumbres.
Por qué estas rutas enganchan
Subes caminando, bajas flotando. Cada itinerario termina en un monasterio o ermita con historia, arquitectura humilde y panorámicas de calendario. Además, atraviesas paisajes de olivos, encinas y muros de pedra en sec, esa técnica tradicional sin mortero que hoy es Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. Si te fijas, la piedra apilada dibuja terrazas, recodos y lindes que sostienen la vida de montaña desde hace siglos.
Y un apunte más: la Serra de Tramuntana, escenario de una de estas rutas, está reconocida como Paisaje Cultural Patrimonio Mundial. No es casualidad; aquí, el diálogo entre hombre y roca ha sido fino, paciente y bellísimo.
De Petra a la ermita de Bonany tras los pasos de Fray Junípero
Petra es más que un pueblo ordenado en el corazón de Es Pla: es memoria viajera. Aquí nació Fray Junípero Serra, el franciscano que cruzó océanos; y desde aquí parte una caminata que huele a romero y piedra tibia.

Itinerario vivido
Empiezas en el Peu del Bonjesus, esa piedra-testigo que señala la salida. Tomas el Camí de Bonany (asfaltado al principio) y, en cuanto puedas, enlazas con el Camí Vell de Bonany. La subida final gana solemnidad con una escalinata de piedra y una gran cruz que rinde homenaje al hijo ilustre de Petra. Es de esas escaleras que no cansan: cada peldaño abre el paisaje un poco más.
Arriba te espera la ermita de la Mare de Déu de Bonany, un santuario de aire historicista levantado sobre el barroco original. Dentro, una talla de madera sedente con el Niño, protagonista de leyendas: como tantas imágenes, aseguran que fue escondida en una cueva durante la dominación islámica y hallada después de la conquista cristiana. Aunque no seas creyente, el recogimiento de la nave y la amplitud del mirador tienen algo de oración. Para información actualizada sobre el santuario y su historia, puedes consultar la página oficial de turismo de Illes Balears.

Datos prácticos
• Distancia 3,4 km
• Duración 1 h 30 min (solo ida)
• Dificultad baja
• Tipo circular
La hospedería mantiene el espíritu peregrino con celdas sencillas y ese silencio que abraza; llama antes si quieres quedarte a dormir o comer algo.
Por qué me gusta
Porque es una ruta de “entrar en calor”: corta, amable y con premio arquitectónico. Ideal para familias, para retomar el senderismo o para reconciliarse con el concepto “subida”. Y porque desde el Puig de Bonany Mallorca se muestra tal cual: huertos, márgenes, tejados, una franja de mar dejándose caer en el horizonte. Más info sobre la ermita y su entorno en el portal del Consell de Mallorca.
De Felanitx a Sant Salvador una subida con estaciones, cruz y vistas de isla entera
El Puig de Sant Salvador vigila Felanitx con 509 metros de calma y piedra. Es montaña peregrina, con vía crucis decimonónico, cruz monumental en Es Picot y, en la cima, un conjunto que combina santuario, monumento a Cristo Rey y antiguo convento reconvertido en hostatgeria.
Itinerario vivido
Dejas el coche en el acceso señalizado a 1,5 km de la salida hacia Portocolom y sigues el sendero (mejor que la carretera). Tras una curva, te saluda Sa Capelleta, esa capilla pequeña que cuenta la aparición de la Virgen a un pastor. A partir de ahí te acompañan las estaciones del Vía Crucis, pequeñas columnas con azulejos que marcan el ritmo de la subida, como un metrónomo espiritual.
La ruta cruza la carretera tres veces antes de encaramarse al Puig des Milà, donde aguarda la Cruz de Es Picot. La actual es de mediados del siglo XX y, te lo prometo, te roba un “wow”. Las vistas desde aquí son de manual de geografía: Tramuntana al fondo, Llevant tendido, Es Pla como alfombra, y las penínsulas de Ferrutx y Formentor firmando la línea alta del cielo.
Un par de atajos y ya pisas la gran explanada de la cima. Te recibe el Monumento a Cristo Rey y el Mirador de Lluny, balcón preferido de los que coleccionan horizontes. Al otro lado, el santuario y la Sant Salvador Hostatgeria, con las antiguas celdas convertidas en habitaciones sobrias y confortables. Para reservar o comprobar horarios, consulta la web del alojamiento, gestionado actualmente por Can Calco Hotels.
Datos prácticos
• Desnivel moderado, camino señalizado
• Aparcamiento en el inicio y en la cima
• Se puede subir en bici o corriendo, pero el sendero a pie es la experiencia completa
Por qué me gusta
Porque es una subida “con relato”: capillas, estaciones, cruz, monumento, mirador, santuario… Cada tramo tiene su pequeño clímax. Y porque llegar y poder quedarte a dormir en lo alto es, sencillamente, un lujo asequible.
De Caimari al Monasterio de Lluc espiritualidad entre encinas
Lluc es otra cosa. Un valle recogido en plena Serra de Tramuntana, a unos 400 metros de altitud, donde naturaleza y devoción llevan siglos dándose la mano. Cada primavera, la marcha nocturna Lluc a Peu llena de pasos la isla; llegar al amanecer tiene un punto de rito compartido.
Itinerario vivido
Sales de Caimari por la calle de Nostra Senyora de Lluc y abandonas la Ma-2130 en la primera curva para enganchar el Camí Vell de Lluc. El sendero empedrado se conserva casi entero; donde la carretera lo engulló, queda el recuerdo en los márgenes de piedra. Caminas entre pinos, olivos y encinas, con tramos despejados que se abren como ventanas. Los muros de pedra en sec marcan el pulso del paisaje y cuentan, sin decirlo, la paciencia de quienes los levantaron. Esa técnica —sí, la misma del primer apartado— está hoy protegida y celebrada por la UNESCO.
En el santuario, la imagen de la Mare de Déu de Lluc, cariñosamente La Moreneta, preside una basílica renacentista. Hay museo con arte y arqueología, jardín botánico con más de 200 especies y, si es domingo y hay suerte, canta la Escolania dels Blauets: piel de gallina. Para horarios, hospedaje y actividades culturales, acude a la web oficial del Santuari de Lluc.
Datos prácticos
• Distancia 8 km
• Duración 2 h (solo ida)
• Dificultad leve
• Tipo circular (con opción de volver en bus desde el santuario)
Consejo clave: verifica los horarios del bus y, si vas en verano, madruga; la sombra aquí es buena, pero el sol de Mallorca siempre negocia duro.
Consejos para disfrutar como un local
Camina con calma. Lo bueno de estas rutas no es llegar pronto, es llegar “bien”, con los ojos abiertos.
Respeta el silencio. No se trata solo de fe; muchos vienen a escuchar sus propios pasos.
Lleva agua y algo de comer. Una coca de patata, almendras de la isla o un trozo de queso mahonés te arreglan la cima.
Calzado con suela. La piedra pulida de Mallorca es una bailarina caprichosa; mejor que te pille con agarre.
Plan B. Consulta siempre el parte meteorológico y, si sopla, abrígate. En lo alto el viento cuenta otras historias.