Antoni Noguera afronta su última semana como Teniente de Alcalde de Palma. En unos días, recibirá la vara de manos del hasta ahora alcalde de Ciutat, José Hila. Sus grandes retos: urgencia habitacional y alquileres vacacionales, seguridad, astascos, suciedad... De fondo, la investigación de la Fiscalía Anticorrupción por los contratos a dedo de Més a su jefe de campaña, Jaume Garau, que pone el foco, entre otros, en el contrato que el departamento de Noguera le otorgó.
Nativo de Pere Garau -como indica en su cuenta de Twitter-, Noguera llega al cargo anunciando que será el "primer alcalde republicano en 80 años" y con multitud de frentes abiertos.
Uno de los más complejos, el alquiler vacacional. Algo en lo que él ya ha intentado meter mano: Noguera daba el salto a los informativos y periódicos nacionales a finales de marzo cuando anunció que Palma prohibiría esta modalidad este mismo verano. Con pocos meses de antelación, dejaba caer la amenaza de multas de hasta 40.000 euros para quien arrendase su piso turísticamente . La incertidumbre y desconcierto fue tal que al día siguiente, Hila salía para desautorizarle y matizar: el equipo de Gobierno municipal aún no había tomado ninguna decisión y, en cualquier caso, la zonificación definiría áreas en las que podría seguir llevándose a cabo.
Cortina de humo o anuncio precipitado, el caso es que Noguera "quería garantizar el acceso a la vivienda para los residentes" ya que los alquileres se han disparado un 7,5% en el último año en la capital y el metro cuadrado para arrendar se ha disparado un 40%: la emergencia habitacional va en aumento -rozando la situación de Vila de Eivissa- y será otra de las grandes problemáticas que deberá lidiar el nuevo alcalde, si bien es un asunto que conoce de primera mano ya que durante estos dos primeros años de legislatura se ha encargado de Model de Ciutat i Urbanisme. De hecho, la Oficina Antidesahucios -uno de los proyectos estrella de la legislatura- ha paralizado 654 expedientes de desahucios, en algunos casos negociando con las entidades bancarias, en otros, pagando directamente: en total, se ha concedido más de 75.850 euros en ayudas económicas, de los cuales, más de la mitad ha sido para pagar recibos pendientes de alquiler. Según afirmaba, el cambio de tendencia en este tiempo ha sido "muy evidente".
Evidente, como el aumento de densidad de circulación en Palma. La recuperación económica conlleva más actividad en las carreteras y Cort, bajo el mando de Hila y ahora, con Noguera, se ha decidido por la "pacificación del tráfico": ampliaciones y creaciones de zona ACIRE, instalación de cámaras de seguridad y fomento de la peatonazilación. No todos han estado de acuerdo con las medidas y las quejas se han multiplicado en los últimos tiempos por la ausencia de una solución real. También por la ampliación del carril bici, muy criticado por vecinos y comerciantes en ciertos puntos por “invasivo”.
Aunque si hay algo que verdaderamente ha levantado grandes quejas -de vecinos y oposición- ha sido el sistema de recogida de Emaya, promovido desde el Àrea de su compañera de partido y amiga, Neus Truyol. El famoso sistema de retirada de trastos no ha cuajado, vista la acumulación constante y diaria en distintos puntos de la capital. Para algunos, un sistema ineficiente que hace de Palma una ciudad “sucia”. Para otros, una clara muestra de incivismo ciudadano.
Y para incivismo el que se vive en Platja de Palma. Uno de los puntos calientes del mapa, por su presión turística “y el abandono institucional” -tanto de Palma como de Llucmajor- que tanto critican los vecinos. Noguera deberá coger el toro por los cuernos en una temporada que se presenta más que complicada en la zona. Problemas de ruidos y convivencia, alquileres vacacionales, suciedad e infraestructuras apenas sin mantenimiento. Una guerra diaria.
Como la que se vive en el cuartel de Sant Ferran desde hace años. La investigación judicial por presunta corrupción en el seno de la Policía Local, ha hecho mella en el Cuerpo -con decenas de imputaciones y prisiones provisionales, al igual que en otras áreas del Ajuntament- y una regidora, Angélica Pastor, que dos años después no convence a efectivos ni sindicatos. Con los bomberos, eso sí, la crisis se ha encauzado después de meses de enfrentamiento y acciones reivindicativas contundentes y Noguera heredará un equipo en paz “si cumplen lo prometido”: más presupuesto, más efectivos y mejores materiales. Luces y sombras en Seguretat Ciutadana.
En cuanto a economía, el nuevo primer edil se hará cargo de un ayuntamiento moroso con sus proveedores, según estipula la ley: durante estos veinte meses, Cort no ha estado entre los márgenes de ratios que la normativa marca para pagar a quienes prestan sus servicios a las administraciones públicas. El pasado septiembre alcanzó su pico máximo: 80 días para pagar.
La venta ambulante y la asfixia del pequeño comercio es otra de las cuestiones que Noguera tendrá que afrontar. Las patronales piden valentía a la hora de encarar esta problemática y la Policía municipal requisa de tanto en cuanto arsenales de bolsos, gafas y sombreros “pero al día siguiente vuelven a lo mismo”, denuncian los empresarios. Si Noguera mantiene el rumbo actual, su gestión irá dirigida a “buscar alternativas socioeconómicas y nuevos proyectos de vida alternativos a esta actividad", es decir, igual que siempre.
En cambio, la patata caliente del Palau de Congressos se la ha ahorrado José Hila. Nueve años -y tres legislaturas- después, las instalaciones ya están en marcha bajo la gestión de Meliá, y su equipo no deberá ocuparse de más concursos públicos.
En lo que sí deberá centrar esfuerzos es en Sa Feixina. El Consell de Mallorca pospone la decisión inicial del equipo de gobierno de derribarla "por la necesidad de pedir informes a la UIB, Patrimonio y a Cort. Noguera nunca ha escondido su postura: Sa Feixina ha de tombar. Tendrá que luchar contra una decisión técnica de protección patrimonial.
Por no hablar de las corridas de toros en la Plaza de Palma, siendo abiertamente antitaurino. La Ley de Bienestar Animal -impulsada, entre otros, por su partido- pretende retorcer y zigzaguear la tradición para que el animal no muera. Madrid avisa de inconstitucionalidad. Balears contesta que seguirá adelante.
Comienza la cuenta atrás. Quedan cuatro días para que Antoni Noguera tome el relevo de José Hila, en el marco de un tripartito que nació ya tocado por la salida precipitada del entonces líder de Som Palma, Miquel Comas, debido a su imputación por intromisión en el derecho al honor de un profesor de la UIB (caso del que ha quedado absuelto). No obstante, hereda un equipo que, de cara a la galería, se muestra unido y bien avenido -con ciertas excepciones, como las regidoras Pastor y Jhardi- hasta el punto de que el 30 de junio, está previsto que el cambio se reduzca únicamente al intercambio de puesto de dos personas: Hila y Noguera. De momento, ambos tienen previsto mantener los equipos y formas de trabajo de ambas áreas.
No obstante, el nuevo alcalde arrancará su media legislatura con la espada de Damocles encima: la Fiscalía Anticorrupción investiga los contratos de Més al que fuera su jefe de campaña, Jaume Garau, entre otros, el otorgado desde Urbanisme con Noguera al frente. Él siempre ha defendido la pulcritud del proceso y ha resaltado que el estudio "costó 15.000 euros y consiguió 25,4 millones de euros para el periodo 2016-2023" pero será el fiscal Joan Carrau quién cierre el capítulo o abra uno peor.
Ésta es la Palma que hereda Antoni Noguera, próximo alcalde de Ciutat.
;
;