Jordi Mora es el presidente de PIMEM, la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca, una entidad nacida en el año 1977 y que agrupa a alrededor de medio centenar de asociaciones sectoriales. La entidad celebra sus cuarenta años de vida en un momento que ellos mismos definen de “cambio de modelo”. Mora ha hablado para mallorcadiario.com de los problemas generados por la venta ambulante ilegal, de la relación de las pymes con el turismo y de los retos de futuro de las pequeñas empresas.
VENTA AMBULANTE ILEGAL
Esta semana han mantenido una reunión técnica con la Delegación del Gobierno. Se ha fijado un compromiso para elaborar un informe junto a Guardia Civil y Policía Nacional que remitirán a los municipios para que se cumpla la ley y se actúe contra la venta ambulante ilegal. ¿Hay que llegar al extremo de obligar a los ayuntamientos a cumplir la ley? Eso es lo que parece...
Lo que sucede es que tenemos un lio de competencias brutal. Tenemos a las policías locales que dependen de los ayuntamientos, a los cuerpos de seguridad del Estado, a la Delegación del Gobierno, al Govern que también tiene sus competencias... Hay un montón de administraciones públicas que intervienen y a veces de diferente color político. Nosotros como empresarios que representamos a las pymes a veces nos perdemos en estos líos de competencias. Lo que queremos es que se solucione el problema. A veces nos sentimos impotentes porque tenemos la percepción (aunque tal vez no sea así) de que se pasan la pelota unos a otros.
¿Quién pone orden en esto?
He ahí... Le hemos pedido a la Delegación del Gobierno que lidere la coordinación entre las administraciones públicas competentes. Se lo pedimos porque puede hacerlo. Debemos fijar fechas y plazos. En septiembre debemos redactar un documento consensuado con la sociedad civil, con PIMEM y AFEDECO, administraciones... Una vez consensuado y revisado por los técnicos se hará llegar a las juntas locales de seguridad de los ayuntamientos. Después deberemos mantener reuniones periódicas, posiblemente mensuales, para ver cómo se esta avanzando, qué hacemos bien y qué se puede mejorar.
Se habla mucho de Palma. ¿Qué otros ayuntamientos tienen problemas con la venta ambulante ilegal?
Es cierto, siempre se habla mucho de Palma pero también lo vemos en Alcúdia, Capdepera, algunas zonas de Calvià, Sant Josep en Eivissa... Es un problema suficientemente grande de intrusismo, de oferta ilegal...
Alguno de los ayuntamientos que cita habrá que haga la cosas bien...
Siempre me gusta poner ejemplos de buenas prácticas. No miramos sólo en Balears, miramos al resto de España. Nos consta que cuando se requisa la mercancía, poco a poco desaparece la venta ambulante ilegal. Tienes que requisar cuatro o cinco veces la mercancía a una misma persona. Eso en Calvià se hace. En Palma, no, y en otros ayuntamientos tampoco. Miremos lo que se hace en algunas ciudades de la península. La policía requisa la mercancía y le dice al vendedor: “ venga con la factura, demuestre que lo ha comprado y que es suyo, y si es así, se lo devuelvo”. Esto es una buena práctica que está funcionando y que podríamos importar aquí.
Si tuvieran que valorar la situación respecto a años anteriores, ¿creen que es mejor, igual o peor?
Es un mal endémico que arrastramos desde hace veinte años y que en los dos o tres últimos ha empeorado. Ha ido a peor debido a la mejor temporada turística. Cuanto mejor funcione un destino turístico, si no se ponen las medidas necesarias habrá más venta ambulante ilegal.
LA SITUACIÓN EN PALMA
Desde PIMEM han manifestado que “lo que antes era un mero top manta, se ha convertido en un burdo zoco”, en referencia a la proliferación de paradas ilegales de venta en la zona del Parc de la Mar y s'Hort Vell. Denuncian que han llegado a contabilizar más de un centenar y que la Policía Local no actúa. Hablamos de paradas de venta, no sólo de top manta. ¿Ha hecho algo Cort al respecto?
Nuestros artesanos nos avisaron de que la situación era insostenible. Gente que no paga sus impuestos le quitaba el espacio, les insultaba y se reía de ellos. No quiero hablar de pasividad, pero el Ayuntamiento debe ocuparse de ello. Ahora la Policía Local los está empujando hacia la zona del muelle y he visto a media docena o una docena que están al otro lado del Passeig Marítim. Allí se ocupa del tema la Policía Portuaria.
O sea que se pasa el problema a la Autoridad Portuaria.
Sí, así es.
Eso que usted me cuenta es barrer debajo de la alfombra.
Bueno, es lo que le decía al principio, que tenemos un lio enorme de competencias. Se les empuja hasta que se van al muelle... Solo podemos decir lo que vemos, denunciarlo y pedir que se solucione. Este un ejemplo de ese lio, pero pasa en otros municipios.
TOP MANTA: UNA CUESTIÓN SOCIAL
Ustedes señalan que el problema del top manta es una cuestión social y que debe atacarse a las mafias. Algunos políticos reconocen en privado que es mejor tener a inmigrantes vendiendo bolsos falsos que delinquiendo para ganarse la vida. Otros exigen responsabilidad social a los comerciantes. ¿Hasta dónde llega esa “responsabilidad social”?
Tenemos que ayudar a estas personas. La mayoría de ellos son senegaleses, allí el comercio es callejero y natural. No podemos multar a estas personas porque son víctimas de una explotación laboral a manos de mafias. Parece increíble que en el siglo XXI tengamos explotación laboral en nuestras calles. Hay mafias, no empresarios, no lo son, que importan productos falsificados. Todo entra por cinco puertos que tenemos en Balears y deberíamos controlarlo. Denunciamos que los inmigrantes no tienen el producto en propiedad, van a los polígonos a recoger la mercancía de las mafias y están en sus manos. Es una relación laboral encubierta e, insisto, explotadora, casi de semiesclavitud. Hay que actuar contra las mafias que son las que ganan dinero.
¿Y con los vendedores?
Ayudarlos, esa es la responsabilidad social de la que hablamos. Necesitamos un plan de choque para reorientarlos laboralmente, darles formación. Los servicios sociales lo saben hacer y lo hacen muy bien. Nosotros como empresarios tenemos esa responsabilidad y les ayudaremos. Necesitamos personas que podamos insertar en la sociedad.
¿Podría ser una solución imponer multas disuasorias a los compradores?
Es un tema que se ha puesto sobre la mesa, pero, sinceramente, nosotros no lo vemos claro, no lo contemplamos. Venta ambulante hay legal e ilegal y los turistas no siempre pueden distinguirla. Todos hemos sido turistas, la mayoría de los compradores lo son, no podemos descargar la responsabilidad de la venta ilegal en ellos. En un país que no es el tuyo, en el que no hablan tu idioma, cómo sabes si el puestecito que te atiende es legal o no... Si lo hiciéramos creo que el turista se llevaría una mala percepción y ello dañaría nuestra imagen como destino.
TURISMO, COMERCIO Y EMPRESA
Vayamos más allá del comercio y hablemos también de la empresa. Tenemos una temporada turística de máxima ocupación. ¿Se traduce la afluencia de turistas con el ingreso de empresas y comercios?
Aún no ha acabado la temporada y es un poco pronto para conclusiones, pero la la percepción sobre su pregunta es que no. Agrupamos a 50 sectoriales y lo vemos, en comercio, en los taxis... Los taxistas nos dicen que llegan incluso más pasajeros que años anteriores, pero con un presupuesto más ajustado. A la espera de un análisis de los datos, lo que estamos viendo es que hay mucho volumen de turistas con poca capacidad de compra. Y eso se nota en todo, en comercios, en restauración, en cafeterías, en taxis, en todo lo que es prestación de servicios...
No para de hablarse de fijar un techo turístico y de que podemos morir de éxito. Algunos colectivos lanzan mensajes que si no son turismofobia se le parecen bastante. ¿Cómo viven, qué piensan los comerciantes y empresarios de esta situación?
Tenemos un colectivo muy diverso con muchas opiniones. En lo que coincidimos todos es en que vivimos un momento de cambio de modelo turístico, que de ninguna manera significa decrecer. Queremos y trabajamos para un cambio por la cantidad y no por la calidad. Buscar la calidad no significa prohibir. Parece que aún tenemos unos años por delante en los que la demanda será mayor que la oferta y ello nos permitirá cambiar el modelo. Y todo ello solo podrá salir adelante con la promoción de la economía local y un plan a medio y largo plazo que incluya lo privado y lo público. Creemos que es un reto mayúsculo que veremos si somos capaces de afrontarlo y que en ningún caso será inferior a tres legislaturas.
Tres legislaturas en Baleares implican, casi con toda seguridad, gobiernos de diferentes colores políticos. No los veo yo poniéndose de acuerdo en algo que vaya más allá de los cuatro años...
Correcto, pero no es un imposible ni una quimera. Cambiar el modelo requiere de un acuerdo publico-privado. Lo público tiene sus peleas internas, las vemos. La parte privada también tenemos distintos puntos de vistas. Independientemente de quien gobierne tenemos que conseguirlo. Lo malo es cuando alguien se desmarca del acuerdo porque tiene unos intereses particulares que están por encima de los colectivos. Tiene que haber liderazgo y consenso, fuerte y sostenible. Es nuestra receta y apostamos por ella aún sabiendo que no es fácil.
ADAPTACIÓN AL FUTURO
¿Siguen siendo viables la empresa y el comercio tradicional?
El mercado es transformador, siempre lo ha sido, y en los últimos años va a una velocidad de vértigo. En Mallorca el 96 por ciento de empresas son pequeñas y medianas. Y de ellas el 90 por ciento con menos de seis trabajadores. Tenemos un panorama de micropymes y un mundo que cambia muy rápido.
¿Cómo puede adaptarse al mercado actual?
Lideramos un proyecto de transformación digital para las pymes de Mallorca, para que se adapten a los cambios que ya están aquí. La competencia ya no es tanto el gran centro comercial, que eso es un discurso del siglo pasado, ahora es Amazon, ahora es Internet. Hay que afrontar esos retos de forma inteligente. Las pymes están en constante evolución. Tenemos la gran suerte de tener muchos empresarios con iniciativa, nuestro tejido económico es empresarial. Eso no pasa en otros lugares de Europa.