La piedra en seco deja de ser solo patrimonio y memoria para volver a ser también futuro. La labor de marger ha obtenido el reconocimiento oficial del Estado, un paso clave que permitirá recuperar la enseñanza reglada de este oficio tradicional, prácticamente desaparecida de las aulas desde hace más de quince años.
El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana, a propuesta del Ministerio de Educación, la creación del certificado profesional de construcción de piedra en seco, una formación de 600 horas que regulariza por primera vez a nivel estatal una actividad esencial para el paisaje, el patrimonio y la identidad de Mallorca. El certificado acredita la capacitación para construir y mantener muros, paredes, empedrados y otras estructuras mediante la técnica tradicional, sin argamasa, seleccionando y trabajando la piedra natural.
Detrás de esta decisión hay casi nueve años de insistencia. El Gremi de Margers de Mallorca, constituido en 2016, ha logrado uno de sus grandes objetivos fundacionales. Han logrado desbloquear la cualificación profesional del oficio y garantizar la formación de nuevas generaciones. Sin reconocimiento oficial, no había escuelas. Sin escuelas, no había relevo. Y sin relevo, el oficio estaba condenado a desaparecer.
"EL RECONOCIMIENTO ES UN PASO HISTÓRICO"
“El reconocimiento es un paso histórico”, resume el presidente del gremio, Lluc Mir, que ve ahora abierta la puerta a reactivar las escuelas de margers que cerraron por falta de encaje legal. Desde el colectivo reclaman al Consell de Mallorca y al resto de instituciones que no dejen pasar la oportunidad y apuesten por la reapertura de centros formativos, ya sea a través de formación profesional o de escuelas taller, que permitan aprender el oficio con todas las garantías.
El reconocimiento no ha llegado por generación espontánea. Mir, junto a los margers Guillem Palou y Pep Fuentes, ha participado como experto en los grupos de trabajo que han definido tanto la cualificación profesional como la formación asociada. El nuevo certificado permitirá organizar trabajos de construcción en piedra en seco, levantar muros de contención, paredes y estructuras inclinadas, empedrar suelos y canalizaciones y conservar elementos ya existentes.
En Mallorca, donde los margers no son postal sino infraestructura —sostienen fincas, caminos y buena parte del paisaje—, la falta de margers formados empezaba a notarse de verdad. Con el oficio ya reconocido y la formación reglada de nuevo posible, la piedra en seco deja de ser solo herencia y pasa a ser, otra vez, un trabajo con presente y con relevo.
