Las obras las realiza en su estudio de Artá, y desde hace unos años montó una tienda en la zona de Cala Millor. Una sala de exposición permanente, un santuario iconográfico, de figuras, de máscaras, que recuerdan a aquel arte africano y asiático que vio cuando era niño, visitando la casa de su tío Paul.
Defina esta tienda…
Es parte del escenario con el que me transporto a la fantasía.
¿Quién pasa por aquí?
Principalmente extranjeros, pero también me pasa lo mismo con la venta online, la gente de aquí ha mostrado menos interés.
Hijo de Bernardo trabajador de la hostelería y de Marie Claire, guía oficial, hermano de Noël, nuestro protagonista Tomás Barceló Castelá nace en Cala Millor un 30 de agosto de 1975…
Fue declarado como Año Internacional de la Mujer por la ONU, Bill Gates y Paul Allen fundaban Microsoft, finalizaba la guerra de Vietnam, Junko Tabei era la primera mujer que alcanzaba la cima del Everest, un terremoto 6,7 en Lice (Turquía) dejaba 2.300 muertos, la banda terrorista GRAPO cometía su primer asesinato, en septiembre la dictadura de Franco ejecutaba sus últimos fusilamientos, unos meses después fallecía Franco y comenzaba la Transición, se publicaron varias obras maestras de la música; A night at the opera que contenía la fabulosa “Bohemian Rhapsody” de Queen, “Wish you were here” de Pink Floyd y “Born to run” de Bruce Springsteen, se patentaba en Hungría el cubo de Rubik, lo mismo ocurrió en el cine con tres exitosas películas; “Tiburón” de Spielberg, “Barry Lindon” de Kubrick y “Alguien voló sobre el nido del cuco” de Forman.

Le lanzo la primera pregunta de la entrevista ¿Qué encontraría si pasease por las calles de su infancia?
Uno de mis primeros y más bellos recuerdos, cuando aprendí la palabra “nube”, escuchándola de boca de mi madre mientras mirábamos el cielo. Me encantaba Cala Millor, la playa, los hoteles, y toda aquella gente extraña que venía de lejos. También ir a dar una vuelta con una pastora y sus ovejas, y ver unos personajes que hacía con palos y plantas.
¿Cuál era su juguete emocional o simbólico?
Tente y plastilina.
¿Qué destacaría de su tránsito por la escuela?
Fui un buen estudiante… hasta que intuí que la escuela iba más de aprobar que de aprender. El día que un profesor nos dio por adelantado los textos de los dictados para que los preparásemos, empecé a perder el interés. Aun así, saqué todos mis estudios con notas aceptables.
¿Cómo pasaba el tiempo de las vacaciones?
Recuerdo mucho tiempo ocioso, sin obligaciones, y ese aburrimiento fértil que alimenta la creatividad. Las vacaciones las pasaba entre Cala Millor y la ciudad de Montauban, con mi familia francesa.
Sigamos el paseo mentalmente y ahora nos adentramos en la época adolescente…
Se me ocurren montones de vivencias, casi todas vergonzosas y lamentables. Recuerdo intentar salir de fiesta y aburrirme como una ostra, hasta que dejé de intentarlo. Prefería quedarme en casa animando muñecos de plastilina. La noche era mejor para eso: la luz era más estable.
¿Desde cuándo se dedica al arte?
No recuerdo empezar. Creo que hay un tipo de artistas, al que pertenezco, que simplemente nunca dejaron de dibujar y crear cosas.

Alguno de sus primeras memorias con la escultura
Mi abuela vivía en la casa de Paul, uno de mis tíos, que había vivido en África y viajado por medio mundo. Su casa estaba llena de esculturas africanas y asiáticas. Jugábamos al escondite entre ellas, y a mí me encantaba mirarlas y tocarlas.
¿Qué le viene a la mente de la primera vez que mostró sus trabajos en público?
Poca cosa. Fue una de esas exposiciones colectivas caóticas que no interesó a nadie.
Háganos un resumen de su paso por la enseñanza…
Desde muy joven tenía la intención de ser artista, pero no funcionó y me surgió la posibilidad de trabajar con un profesor de plástica, allí descubrí que me gustaba transmitir con los alumnos. Eran centros concentrados, relativamente pequeños donde todos nos conocíamos, además tenía una convivencia con mis alumnos de cuatro años de duración, desde los doce en 1º de ESO hasta los dieciséis años de 4º de ESO aproximadamente. Me agradaba, porque podía planificar trabajos a largo plazo. Di clases de Educación Plástica, Artesanía, Tecnología, Informática y un año de Literatura Española. Preparé material y texto junto a mi amigo Francesc Grimalt, para que los padres de los alumnos no tuvieran un coste económico añadido. Fue un material fundamental y me consta que se sigue utilizando.
¿Qué tipo de arte le sugestiona?
Me fascina el arte arcaico y popular, aunque a veces sea torpe y poco sofisticado.
¿Me nombra algunos de sus artistas favoritos?
Lamentablemente murieron hace mucho tiempo y nadie sabe sus nombres.
¿Cómo definiría los momentos en los que se mete en el taller y se pone a manipular lo materiales?
Búsqueda, trabajo, disciplina y, a veces, inspiración de origen misterioso.
¿Qué periodo de la historia del arte le sugiere más atención?
Todos me interesan. Creo que pasa algo misterioso y maravilloso en los periodos de transición entre lo arcaico y lo clásico en ambos sentidos: el arte de tiempos de Akenathon, del Auriga de Delfos, Bizancio o la transición entre el románico y el gótico.
¿Tiene alguna afición?
Tocar música.
¿Y qué tipo de música le acompaña?
La fusión entre el folk, la música antigua y la contemporánea. (Oni Wytars, Ensemble Kapsberger, La Arpegiatta)
¿Dígame alguna película que le mantuviese concentrado?
La historia interminable, Alien.
¿Cuál es su viaje inolvidable?
El año surrealista que pasé en China trabajando.
Ese año usted toma una de las decisiones más importantes de su vida…
Defraudado con el modelo educativo e Influido por la muerte de mi madre en 2012 y posteriormente de mi hermano en 2014, dejé mi plaza fija como profesor y me dediqué por completo al incierto oficio del artista plástico. De lo que no me arrepiento. Llegué al límite, me decía a mi mismo que no podía aportar nada más a los alumnos y me sentía culpable de no poder hacerlo. El sistema debería confiar más en las capacidades de los alumnos.
Cuando dejé el profesorado hubo dos personas que me apoyaron constantemente, mi novia Bárbara Bibiloni y mi buen amigo Manel Martínez que me decía; “lo que tú haces le tiene que ser útil a alguien”.
Y se marcha para China para trabajar en la restauración…
Así es, y cuando llevaba unos meses allí me ofrecieron la posibilidad de colaborar en producciones cinematográficas, una de ellas con la película más cara de la historia del cine chino, “Asura”. Realicé diseños, maquetas, vestuario, esculturas, relieves, marionetas, escenografía, fue un trabajo que duro unos trece meses. Eso me abrió las puertas a trabajar con gente de todo el mundo, para proyectos de cine y de televisión, con IMBd, también en el vestuario de la última versión de la película “Dune” (versión de Denis Villeneuve), en Maléfica: Maestra del Mal, y en la serie de televisión estadounidense Krypton entre otras cosas.

Llega el día de regresar a la isla…
Y empecé aceptando encargos de todo tipo. Restauración de muebles, de piezas de arte. Puse mi talento al servicio de la gente.
Seguí colaborando con diversas empresas productoras del cine y la televisión.
¿Qué le ha dado dedicarse al arte?
Todo. Me da igual lo duro que sea, no puedo hacer otra cosa que trabajar por la belleza y la escultura.
¿Qué le molestaría oír sobre sus esculturas?
Creo que nada. Me irrita el silencio que genera la indiferencia.
¿Cuál es la descripción que hace usted de sus obras?
Mi obra personal son esculturas tradicionales, una mezcla entre la ciencia ficción y la fantasía. Me gusta idear y construir otros mundos.
Permítame unas preguntas de cuestionario…
¿Un consejo gastronómico?
Por favor, ¡Que no esté seco!
¿Si le otorgan la oportunidad de pedir un deseo?
Que el bien reine en este mundo, señor Frodo.
¿Qué aborrece en el ser humano?
Que reniegue de lo bueno que hay en él.
¿Qué temas contempla con interés?
Ahora mismo estoy enganchado a un culebrón de putas, droga y navajazos entre gente poderosa.
¿Si tuviera que escoger uno de los días más emocionantes de su vida?
Lo primero que me ha venido a la mente es un viaje en globo con Bárbara, que significó el primer permiso para disfrutar tras de unos años muy duros en mi vida.
Me voy a la otra punta ¿Uno de sus peores momentos?
El día que murió mi hermano, y tuve que decírselo a mi padre. Sin duda.
¿Qué suceso internacional le quedó grabado en las entrañas?
Han sido varios, el final del Apartheid en Sudáfrica (porque descubrí que existía), la caída de las Torres Gemelas y la enfermedad y muerte de San Juan Pablo II.
¿Se ha emocionado observando una obra de arte?
Sí. Muchas veces. La más intensa fue ante “la cabeza verde de Berlín”.
Datada aproximadamente del año 350 a. C. y hecha de pizarra, está considerada como una de las más relevantes obras del arte egipcio.
¿Dónde le gustaría ver expuesta una pieza suya?
En una iglesia, integrada orgánicamente en el conjunto, que la gente rece frente a ella y que nadie sepa mi nombre.
¿Cómo es su día a día?
Caótico, con demasiadas cosas que hacer y sin capacidad de organizarme. Arranco momentos entre tareas, burocracias y obligaciones para crear.
Desde hace un tiempo sostiene una teoría sobre el arte actual. Usted considera que precisa de una reflexión por falta de creatividad de nuevos y determinantes movimientos que remuevan los cimientos, que ocupen un espacio en el universo, de lo contrario el arte conceptual no va a destacar en la historia.
El futuro de los artistas debe pasar por una profunda revisión, falta un nuevo movimiento rompedor, falta difusión, debemos conversar entre nosotros los artistas para entender la situación actual, debemos insistir en la búsqueda de soluciones. Hubo una crisis en 2008 y parece que haya sido definitiva, acabó de fastidiarse en 2019, el plátano en la pared, cerró el ciclo. El arte contemporáneo se ha desmoronado, se le han agotado las ideas y no encuentra sitio en las páginas de la historia, el arte moderno que comenzara en el siglo XIX y llegase hasta mediados del siglo XX, fue el último movimiento revolucionario. De seguir así solo seremos artistas de transición, los últimos de Filipinas, tenemos que hacer de exploradores en un mundo desconocido.
Entonces, después de siglos la pregunta se repite… ¿Qué es el arte?
Hay que responderla, debe haber una ruptura, encontrar la salida de este laberinto de arte contemporáneo de poca creación en el que nos hemos metido ¿Quién tiene la respuesta? ¿Cuál es el papel del arte y del artista en la sociedad? Somos un medio de comunicación vinculado a la sociedad y ahora no ejercemos ese papel. Diagnosticar el arte contemporáneo desde distintos puntos de vista y cuestionarlo como ejemplo de comunicación. Hemos sido y debemos seguir siendo un puente de ida para búsqueda de respuestas y de vuelta con la mochila cargada de conocimientos. Recuperar el diálogo con la sociedad, que el mundo vuelva a interesarse por conocer nuestros símbolos. No podemos acudir a diario a funerales del arte. Ahora la tecnología nos trae la IA, pero la red social más determinante es la realidad.
¿Qué proyectos a la vista puede descubrir a nuestros lectores?
Quiero crear experiencias multidisciplinares junto a otros artistas. Continuar con la divulgación entre artistas y gente interesada en el arte, y crear un conjunto de obras y relatos que cuenten la historia de mis robots, como una mitología que proyecte belleza, épica y trascendencia hacia el futuro.
Me gustaría recuperar el arte popular. Realicé un trabajo hace unos años del arte popular en España, el arte en las casas, desde la post guerra hasta 2008, todo el mundo tenía obras en casa. En la actualidad lo hemos cambiado por minimalismo, posters, objetos decorativos. Tal vez sea otra de las cosas a combatir.
Habíamos llegado al final de esta entrevista, cargada de matices y envuelta en reflexiones.
Contemplando la revisión de estructuras que sugiere Tomás, uno se hace a la idea con esa teoría, que convendría renovar o restaurar las tramoyas de la plástica y que el futuro del arte y el del artista volviesen a gravitar en el mismo espacio.
Como diría antes en una carta o ahora en un correo electrónico; “quedamos a la espera de sus noticias”.
Texto: Xisco Barceló


