Si el grado de desarrollo y de riqueza de un país se midiera por el número total de bares con que cuenta, haría décadas que España formaría parte del G-7, y además de modo permanente. Sin embargo, creo que para ser miembro de ese selecto y restringido club no se tiene en cuenta aún el consumo per cápita de cañas, vermuts, vinos o cubatas.
Y es una pena, porque la aportación que podría hacer ya sólo Palma al conjunto del Estado sería impresionante, pues hace algún tiempo leí que éramos la sexta ciudad del país en número de bares y restaurantes. Si me permiten un símil futbolístico, ahí seríamos también de Primera División, como el Mallorca, y ocupando además plaza europea.
En general, podríamos decir que vamos al bar cuando las cosas nos van bien, cuando nos van mal y cuando nos van un poco de aquella manera, es decir, vamos para celebrar algo, para olvidar las penas, para una primera —o última— cita, para ver el partido con los amigos o para arreglar el mundo, el país o, como mínimo, alguna barriada de Palma.
Además, en el bar nos solemos sentir casi como en casa, y yo diría que a veces incluso un poco mejor. Quizás por ello cada vez más personas optan por teletrabajar ahora en el bar. Esas personas son, de algún modo, las herederas de aquellos artistas de los siglos XIX y XX que escogían los bares o los cafés para componer sus mejores creaciones.
Precisamente, con la crisis ha vuelto a esos espacios una figura que creíamos ya casi desaparecida desde finales de los años cuarenta, la del pintor, el novelista o el poeta humilde o sin apenas recursos que se pasaba jornadas enteras allí, aguantando el tipo durante horas sólo con un café con leche, un vaso de agua y un poco de bicarbonato.
Esos artistas abnegados y soñadores que tan magistralmente retratara Camilo José Cela en La colmena pueden verse de nuevo hoy en muchos rincones de nuestro país. Sin perder nunca la dignidad, la educación y la elegancia, siempre hay hoy en algún bar o en algún café alguien que dice: «Por favor, cuando pueda, tráigame otro vasito de agua».




