Este martes se presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la segunda edición del “Ranking de Universidad-Empresa: encuesta a las empresas españolas sobre la empleabilidad de los titulados superiores”, elaborado por la Fundación “everis”. Este informe presenta las diez universidades, ya sean públicas o privadas, mejor valoradas a través de un análisis cuantitativo de la opinión de los principales demandantes del talento: las empresas.
Lo más llamativo de este informe es que toma como principal criterio de examen, la opinión de las empresas sobre las competencias básicas de los recién licenciados para desarrollar adecuadamente su puesto de trabajo. Es decir, examinadas las necesidades del mercado laboral, se trata de apreciar si las competencias que los alumnos universitarios adquieren en sus centros vienen a cubrirlas, cumpliendo las expectativas del destinatario último de sus servicios, el empresario. Por tanto, es un estudio que pretende dar respuesta a cuestiones tan decisivas como cuáles son las competencias más demandadas en el mercado de trabajo español, qué es lo que esencialmente busca todo empleador a la hora de contratar o cuales son las mejores universidades en función de cada concreta disciplina.
Pues bien, lo cierto es que estamos de enhorabuena en el Edifico Gaspar Melchor de Jovellanos, nuestra casa, donde precisamente se encuentran la Facultad de Derecho y la Facultad de Economía y Empresa de la Universitat de les Illes Balears, puesto que de acuerdo con el citado informe, los titulados en nuestros magníficos estudios, son los más reclamados por las empresas a la hora de contratar. Nos hallamos en el tercer puesto de entre todos los centros universitarios de nuestro país, solo superados por la Universidad de Valencia y la de Granada. Concretamente, en el informe se establece que la Universidad de Valencia destaca de manera especial en las competencias sobre habilidad para trabajar en entornos multiculturales; por su parte, se reconoce que la Universidad de Granada tiene su punto fuerte en la orientación a resultados; y finalmente, se puede observar que nuestras Facultades de Derecho y de Economía y Empresa de nuestra querida Universitat de les Illes Balears son las primeras respecto a la capacidad de aprendizaje y adaptación al cambio y la habilidad para trabajar en entornos multiculturales y multidisciplinares que alcanzan sus titulados.
En ocasiones, quienes vivimos en estas maravillosas islas tendemos a valorar de manera un tanto pobre los resultados de nuestro trabajo. Supongo que es una cuestión de carácter. Creemos que con no causar problemas y vivir razonablemente bien en nuestra isla hay más que suficiente. Es más, tenemos cierta propensión a creer que lo que se hace en otros lugares es necesariamente mejor. Parece que solo somos capaces de defender a capa y espada aquello que nos es propio, que nos distingue de los demás, que nadie más tiene…como esa maravillosa Serra de Tramuntana, ese Camí de Cavalls, esa Dalt Vila, esas playas de ensueño o esos extraordinarios productos de nuestra tierra, entre muchas otras cosas. Pero no nos limitemos a eso. No nos engañemos. Somos mucho más que todo eso.
El extraordinario trabajo de todo un equipo de magníficos profesores, de los miembros del personal de administración y servicios y de unos maravillosos alumnos, en estos casi cuarenta años de historia reciente de la UIB, ha dado como resultado una Facultad de Derecho (y me centro en nuestra Facultad aunque a buen seguro podría referirme en los mismos términos a la Facultad hermana de Economía y Empresa) con una historia, una seña de identidad y una marca propias. Entre todos hemos construido una idea sólida, perdurable en el tiempo, que persigue un objetivo muy claro: proporcionar a nuestros alumnos las mejores herramientas para afrontar de la mejor manera posible su futuro profesional en el apasionante mundo del Derecho. Y siendo esto así, nada más gratificante que sentir reconocida esa vocación por la formación eminentemente práctica, sobre la base de las competencias, por un informe que viene a reforzar los pilares sobre los que hemos edificado nuestros estudios.
Como docente, solo puedo decir que me siento tremendamente orgulloso de pertenecer a esta Facultad y trabajar con excelentes profesionales que día a día hacen de ésta una mejor Universidad. Es un placer compartir proyectos, horas de seminarios y viajes a nuestras sedes universitarias de Menorca e Ibiza con compañeros de los que no dejo de aprender. Y, por supuesto, es un auténtico honor poder participar de tantas y tantas horas de clase con nuestros fantásticos alumnos. Nada más bello que compartir conocimiento; nada más hermoso que comprobar, curso tras curso, cuánto me han enseñado todos y cada uno de los estudiantes que han pasado por nuestras aulas. Cuando el tiempo pasa y te encuentras con ya enormes profesionales con una vida completa y te dan las gracias o presumen orgullosos de esos años en el Edificio Jovellanos, un cierto sentimiento de nostalgia nos envuelve a todos, pero pronto esas sensaciones se convierten en sonrisas adornadas por esos recuerdos que, en última instancia, también han hecho grande a esta Facultad.
Gracias a todos por creer y gracias a la sociedad balear por no dejarnos nunca por imposibles. Estaba claro, entre todos…imparables. ¡Ah! Y aquí no queda la cosa, pues hay dos puestos del ranking por escalar, y nosotros estamos a los pies de la Serra de Tramuntana. Ahí lo dejo.