Así de claro se muestra Jaime Salvà, una joven promesa de la arquitectura que ya apunta maneras. Abrió su despacho a finales de 2006 cuando las vacas aún estaban gordas. Pero éstas empezaron a adelgazar y este joven arquitecto no tardó mucho tiempo en verle las orejas al lobo. La crisis llegó pero, a pesar de ello, Salvà no sólo no murió por el camino sino todo lo contrario. Afrontó grandes proyectos arquitectónicos y, en pleno auge de caída económica, consiguió superar la situación a base de tesón, esfuerzo y paciencia.
Jaime Salvá es un joven emprendedor que ha sabido plantarle cara a la crisis. Lo más importante, dice, "es creer en uno mismo, estar muy activo y atento a las oportunidades".
Estudió la carrera de Arquitectura Superior en Barcelona. Una vez finalizada se fue a Estados Unidos para trabajar en la ciudad de San Francisco durante 1 año, en el reconocido despacho Korth Sunseri Hagey Architects. Ya de regreso a España, decidió montárselo por su cuenta y abrió un despacho en el Paseo del Borne (15º, 4ºD) de Palma.
Y es precisamente allí, en pleno corazón de Palma, donde trabaja con pasión buscando, como él mismo dice, "una arquitectura humana, sostenible, funcional, creativa, y adaptada a las necesidades de cada caso particular". Desde Mallorcadiariovip.com hemos hablado con él sobre su trabajo, las tendencias que hay en 2015 en artquitectura y sobre lo que nos depara el futuro en este sector...
MDVIP.- Y precisamente de futuro hablamos ahora... ¿Jaime, qué nos espera en un futuro en cuanto a arquitectura se refiere? O preguntado de otra forma... ¿Qué les espera a los arquitectos del mañana?
J.S.- La arquitectura que nos espera es una arquitectura en donde la sostenibilidad cada vez tendrá mayor peso. Tendremos que tener siempre presente los avances tecnológicos. Pero será muy importante no dejar de lado los aspectos más esenciales de la buena arquitectura. A veces es peligroso centrarnos únicamente en las modas, tanto tecnológicas como estéticas, ya que un edificio permanece durante mucho tiempo al alcance de la sociedad.
Por otra parte, las profesiones técnicas tienden a la especialización y a los despachos multidisciplinarios. Son muy importantes las sinergias y colaboraciones entre profesionales. El deber de los arquitectos considero que será recuperar los cascos e incluso las periferias urbanas. El suelo es finito, especialmente en Mallorca, por lo que se debe realizar una recuperación, no sólo desde la individualidad de los edificios, sino a nivel urbanístico, actuando de manera inteligente, y adaptando las ciudades a los cambios sociales.
El arquitecto Jaime Salvà en su despacho de Paseo del BorneHablemos ahora de tendencias... ¿Qué se va a llevar este año en arquitectura... estéticamente hablando?
A nivel local, venimos de una época, décadas atrás, en donde se creó el denominado “estilo mallorquín” resultado de unir balaustradas, cubiertas inclinadas, colores melocotón, arcos, etc. Este estilo hoy en día está totalmente desfasado. Al despacho nos vienen clientes, sobretodo extranjeros, que compran viviendas perfectamente situadas, pero desfasadas estéticamente, y piden actualizarlas. Este proceso de actualización hace revalorizar la vivienda, y pasa por eliminar arcos, balaustradas, columnas, etc., pasando a líneas rectas, ángulos rectos, barandillas de vidrio ó metálicas, cubiertas planas y materiales naturales (blanco, madera, acero, vidrio y piedra).
En los interiores, es tendencia el estilo nórdico. En cuanto a la distribución de espacios, el modo de vida y las estructuras familiares han cambiado. Hace décadas, las casas eran grandes, pero las estancias proporcionalmente pequeñas, para poder controlar la climatización. Las familias pasaban más tiempo en casa, y contaban con más miembros en la casa, (más hijos, en ocasiones suegros, y/ó personal de servicio). Hoy en día el modo de vida ha evolucionado. Las viviendas las ocupan menos personas, que pasan menos tiempo en casa. Y el precio/m2 ha subido, por lo que una buena distribución es necesaria para aprovechar al máximo los espacios. Se tiende a crear menos espacios pero más amplios y flexibles.
Y a nivel más general, ¿Hacia donde va encaminada la arquitectura?
Se habla mucho hoy en día de la sostenibilidad y el ahorro energético. Creo que son conceptos que deberían ser innatos en la arquitectura, y que son absolutamente compatibles con cualquier diseño. Son el presente y el futuro de la arquitectura. Pero debemos saber que también son el pasado. La sostenibilidad ha estado presente en la buena arquitectura, la arquitectura vernácula, la de siempre, la arquitectura popular. La buena arquitectura siempre ha tenido en cuenta el clima, la orientación, la inercia térmica, la ventilación cruzada…. y demás elementos que definen una verdadera arquitectura sostenible, sobre todo arquitectura sostenible con medios pasivos.
Hoy en día tenemos además una tecnología que nos ayuda a seguir evolucionando a conseguir una buena arquitectura, y una cada vez más mejor concienciación social. Los arquitectos somos responsables de conseguir la sostenibilidad, a muchas escalas: en la planificación urbanística, en el trazado de las ciudades nuevas y reconversión de las existentes, en el detalle de la construcción y en el diseño de los espacios.
Otro aspecto que va a estar presente es la industrialización de algunos procesos constructivos, que van a evolucionar en los próximos años. La mano de obra es cada vez más cara y menos especializada, y los plazos de ejecución se deben reducir para que la compra de un terreno sea rentable. Creo firmemente en la industrialización de la construcción. El futuro de la Arquitectura pasa por un cambio en el proceso constructivo... y cuanto antes empecemos este cambio antes nos adaptaremos a una manera de diseñar y de construir mucho más rápida, barata, y adaptada a la sociedad que nos espera vivir en el s. XXI.
Abriste tu despacho a finales de 2006 y al poco tiempo la situación en el sector empezó a complicarse mucho... ¿Cuáles has sido sus mayores obstáculos y cómo ha logrado superarlos?
Al regresar a España en el 2006 y empezar con mi despacho viví el final de la época de “vacas gordas”, con algún gran encargo, pero pronto llegó la crisis y algunos de esos proyectos están parados y todavía no se han llegado a construir. Las oportunidades de trabajo se redujeron, siendo demasiados arquitectos para el trabajo que había. Nunca he dejado de tener trabajo, lo que la calidad del trabajo bajó durante un tiempo. Ahora mismo he remontado y no me puedo quejar ya que estoy realizando numerosos proyectos que me motivan, tanto viviendas como hoteles.
Lo importante es creer en uno mismo, estar muy activo y atento a las oportunidades. Me gusta la frase que dice que en épocas de crisis, hay 2 clases de personas; las que lloran, y las que venden pañuelos. Cuido la visibilidad del despacho, tanto en web y redes sociales, como en eventos de networkings. De estos encuentros han surgido proyectos interesantes que actualmente estoy desarrollando. Soy consciente de la importancia del boca a boca, por lo que me preocupo de realizar los proyectos que tengo entre manos lo mejor posible, para así dejar a los clientes contentos y que puedan recomendarme.
Estudiaste en Barcelona y al acabar la carrera te fuiste a Estados Unidos ¿Cómo fue esa experiencia trabajando en un despacho de California?
La experiencia de trabajar en EEUU fue muy importante para mí. Pude aprender nuevos sistemas constructivos, y trabajar en proyectos tan interesantes como la vivienda de George Lucas, ó edificios de oficinas en Sillicon Valley, junto a empresas como Google, facebook ó Apple. Lo que más aprendí allí es a la actitud mental positiva y emprendedora que se respira en esa zona de California. Desde allí tuve claro que al volver a España, a pesar de mi juventud, tenía que montar mi propio despacho, y así lo hice, en el año 2006.
¿Qué cambio viste entre trabajar en EEUU y en España?
El cambio cultural entre EEUU y España al principio fue difícil. En general allí fluye una actitud más activa, positiva y emprendedora. Luchan por sus sueños y no tienen miedo al fracaso, ya que fracasar forma parte del aprendizaje, y es valorado positivamente. No se quejan, sino que actúan. Aquí está peor visto tanto el fracaso como el éxito. Cuesta salir de la llamada “zona de confort”. En cuanto a la arquitectura, allí el arquitecto se centra principalmente en el diseño, y colabora de manera muy activa con los demás técnicos que intervienen en un proyecto. Ellos les llaman los “consultores”, y en un proyecto intervienen muchos de ellos, cada uno con su responsabilidad. Mientras que aquí en España, el arquitecto abarca él solo más responsabilidades. Por otra parte, a nivel de diseño y creatividad creo que estamos más avanzados nosotros, y deberíamos aprovecharlo más. La arquitectura Española hoy en día está muy bien considerada a nivel internacional.
Me imagino que allí debiste vivir muchas experiencias... ¿cuéntanos alguna anécdota?
A nivel personal, mi primer día de trabajo en EEUU fue bastante complejo. Ellos no trabajan con el sistema métrico, y adaptarse a la conversión lleva su tiempo. Además, la primera reunión que tuve fue con un compañero al que me costaba exageradamente entender su inglés. Luego supe que les costaba hasta a ellos mismos, ya que era algo tartamudo y hablaba muy rápido. Pensé que mi adaptación iba a ser más complicada de lo previsible. Por suerte, fue rápida y fácil, ya que San Francisco la gente es muy abierta. Dan responsabilidad enseguida, con lo que te hacen partícipe de los proyectos y eso es muy importante para la buena adaptación.
Empezábamos la entrevista hablando de los arquitectos del futuro... Vamos a acabarla hablando de lo mismo... ¿Qué consejo le darías a los futuros arquitectos?
El consejo que daría a un estudiante de arquitectura es que, si realmente le apasiona la arquitectura, que crea en sí mismo, que no se engañe y luche. Que se forme bien, y aprenda de los grandes. Que aprenda idiomas y que viaje mucho. Tiene que estar preparado para cuando le llegue la oportunidad. Desgraciadamente los arquitectos dependemos de que alguien nos encargue un proyecto. Sin ello, no podemos trabajar. Para que eso ocurra, no existe la formula. Pero con trabajo y haciendo bien las cosas, los objetivos llegan. Es cierto que la profesión no pasa por su mejor momento, pero hay que dejar de quejarse y aprender a bailar bajo la lluvia.
Imágenes de algunas de las viviendas construidas por el arquitecto Jaime Salvà ubicadas en Son Verí:












