El malestar parece haberse instalado entre los miembros de la Jefatura Superior de Policía de Palma al conocerse que Madrid enviará a alguien para cubrir la plaza de jefe de la Unidad de Coordinación Operativa y Territorial o, lo que es lo mismo, de número dos en el escalafón de mando del cuerpo en Baleares. Malestar por partida doble: porque se trata de alguien venido de fuera y porque es un recién salido de un curso que acaba de finalizar de capacitación para llevar a cabo dicha tarea. Más aún cuando en la isla trabajan al menos cinco inspectores con la antigüedad y experiencia necesarias como para ocupar este puesto, habiendo sido condecorados algunos de ellos con cruces rojas, a saber, el máximo reconocimiento que se le puede otorgar a un policía en vida. Pero lo que más duele es que no es la primera vez que esto sucede ya que el año pasado se repitió la misma situación. El hecho de que este puesto sea ocupado por un foraster, no es baladí. Lo habitual es que dicha persona acabe solicitando el traslado en cuanto tiene ocasión (como ha sucedido ahora) y la situación se repita una y otra vez. Algo que no debería ser así si se designase a alguien ligado a la isla. Fuentes policiales han asegurado a este Infiltrado que, además, no se ha cumplido la sentencia emitida por la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que dictaminó que, si bien este puesto era de libre designación, deberá convocarse la plaza y asignarse por méritos. Lo que no ha sucedido. Por ello añaden: “O Madrid ignora a la jefatura de Palma o aquí alguien no ha hecho los deberes”. El caso es que la plaza a cubrir no ha sido convocada.
