Selin Kaya: “Cada generación de artistas es distinta; lo importante es respetar la música”

MEM Awards
Conocida artísticamente como Selin Kaya, Paula Selin Kaya Aguiló (Sa Pobla, 2002) pertenece a una generación de jóvenes destinada a ocupar las cabinas más importantes de la isla durante los próximos años. Amante de los sonidos más contundentes, y en pleno camino a los MEM (Mallorca Electronic Music) Awards, hemos charlado con ella poco después de que compartiera cabina con Fatima Hadji en el ‘Danzû FSTVL’.

- ¿Cómo nació tu relación con la música?

Supongo que, como muchas chicas de mi generación, todo empezó con Hannah Montana (risas). Me sabía todas sus canciones. También escuchaba mucho a Mecano, sobre todo en la tienda de mi madre, y pasaba horas viendo la MTV con mi prima Rut.

A los siete años empecé clases de lenguaje musical y piano, que seguí hasta los dieciséis. Mi relación con la electrónica llegó hacia los trece, cuando un amigo del colegio me descubrió el EDM de Spinnin’ Records. Empecé a buscar y recopilar música sin ningún objetivo concreto, simplemente por curiosidad.

Más tarde, mi prima —que es mayor que yo— me abrió las puertas a otros estilos más sofisticados, como el IDM o Aphex Twin.

A los 18 me mudé a Barcelona para estudiar Publicidad y Relaciones Públicas, y poco después conseguí trabajo como ‘community manager’ en la promotora ‘BCN Resistance’. Eso me permitió conocer la escena local desde dentro y ampliar mi cultura musical. También aprendí a salir sola: mis amigos no estaban en la movida, y ya no podía seguir obligándolos (risas).

 - ¿Y cuándo empezaste a pinchar?

Poco después, al regresar de un Erasmus en Argentina, me compré mi primer equipo. Empecé a trastear sin saber mucho, sin coherencia ni sentido. En esa época salía con el único objetivo de ponerme al lado de la cabina y observar cómo mezclaban los deejays. El ‘Moog’ de Barcelona es perfecto para eso.

Mujer con cabello rizado y gafas de sol en una plaza urbana

Fui conociendo gente, aprendiendo de cada persona que me cruzaba. Nadie en particular ha sido mi maestro, pero de todos he aprendido algo. Por ejemplo, me marcaron mucho las fiestas de los colectivos ‘Praxis’ y ‘Tórax’ en la sala ‘Human’ de ‘Razzmatazz’.

Cuando empecé, pinchaba a 150 bpm’s como mínimo. Ahora me muevo entre 135 y 145, dependiendo del contexto. Aprender a mezclar techno más puro y oscuro me costó, pero mi objetivo era crear sesiones que me gustaran a mí, y poco a poco fui afinando la selección y mejorando la técnica.

Me gusta probar con diferentes estilos e ir viendo con cuál me siento más cómoda. Me ilusiona pensar en todo lo que he aprendido, pero me emociona aún más saber que me queda muchísimo por evolucionar. Intento disfrutar del proceso y evadirme de opiniones no constructivas.

- ¿Y lo estás disfrutando?

Para mí, todo este camino es una evolución personal, una manera de liberarme del miedo y el autosabotaje. Me he cuestionado mucho por qué quería dedicarme a esto: si era por moda, si realmente podía ocupar este espacio o si se me tomaría en serio. Para que te hagas una idea, entrar en una tienda de vinilos me daba pánico (risas).

Mujer posando en una plaza con fondo arquitectónico

Hoy, con solo ponerme los cascos, soy feliz. Es una necesidad artística que me equilibra y me ayuda a cuidar mi salud mental.

Además, el hecho de ser mujer inevitablemente influye. Me considero feminista y estoy implicada en la lucha. No quiero pensar que me invitan a pinchar por ser chica —ni darles la razón a quienes lo dicen—, porque ese discurso sigue siendo muy frecuente. Es otra estrategia patriarcal para hacernos dudar de nosotras mismas y restarnos valor.

Aun así, reconozco que las que vinieron antes nos han allanado el camino, aunque todavía queda mucho por hacer. En este sentido, quiero agradecer a Álex Losa, porque sé que si no le hubiera gustado lo que hago, no habría contado conmigo para ediciones de Mørk.

- ¿Recuerdas tu primer bolo?

Por supuesto. Fue en ‘The Garage Club’ de Barcelona, tras ganar un concurso de un colectivo local. A pesar de los nervios, salió todo bien y lo disfruté muchísimo. Pinché una sesión con mucho ‘hardgroove’ y ‘trance’.

En Mallorca, mi primera vez fue en un ‘after’ de la promotora ‘L’Infern’. Gracias a ese día, me invitaron a tocar en otra fiesta del colectivo ‘MoreBpm’ en ‘La Roca’.

- ¿Quiénes han sido, o son, tus referencias?

No tengo una referencia concreta; me quedo con pedacitos de cada sesión que disfruto. Pero una de ellas es Treze. La vi por primera vez en la ‘Sala Fònica’, en un Sant Vicenç, y me dejó alucinada. No la conocía y esperaba algo más ‘house’, pero me encontré con un espectáculo de techno brutal.

Otra gran referencia para mí ha sido Indira Paganotto. He leído y escuchado muchas críticas sobre ella, y mi perspectiva ha cambiado con el tiempo, pero reconozco que la primera vez que la vi pinchar, en la sala pequeña del ‘Apolo’, fue amor a primera vista (risas). Los temas que sacaba en 2021–2022 me encantaban y me siguen gustando.

Selin Kaya posando frente a un fondo de graffiti
Selin Kaya comparte su viaje musical y su evolución como DJ. Su historia refleja la lucha y la pasión por la música.

Se comenta que tiene ‘ghost producers’, pero no puedo saberlo. Soy consciente del papel del ‘marketing’ en la industria, pero también de la envidia, el patriarcado y el machismo. Prefiero pensar que su trabajo es suyo antes que sumarme a discursos que buscan ridiculizar a las artistas.

Actualmente, me inspiran más artistas como Orbe, Isabel Soto, Lewis Fautzi, Quelza, y muchos otros que descubro a través del ‘podcast’ de Chris Liebing. También me encantan sellos como BCCO, Gordo Trax, Soma Records o Pole Group.

Y, por supuesto, no puedo olvidarme de Barolec, aunque también sea mi mayor ‘hater’ (risas).

- Cambiando de tema. Supongo que tendrás alguna anécdota para contar…

Sí, una bastante recurrente: mucha gente no se cree que sea mallorquina. Me dicen cosas como “pensaba que eras rusa” (risas). Aclarar que Selin Kaya son mi nombre y apellido turcos, puesto que mi padre es de allí.

- Por cierto, ¿Cuál ha sido la fiesta de tu vida?

Es difícil quedarme con una sola. Cada noche me deja sensaciones diferentes y muy bonitas. Hace poco disfruté muchísimo en el ‘Bamboo’; para el cierre ya éramos pocos, pero me sentí muy cómoda y libre.

También me marcaron las dos ediciones de ‘Mørk’, sobre todo la de Adriana López y Dasha Rush. Hubo un momento mágico que mi mejor amiga también percibió y me lo confirmó nada más terminar la sesión.

Otra noche inolvidable fue la que pinché en la ‘Fònica’, poco antes de su cierre. Y, cómo no, las de ‘Selva’, aunque los nervios me comieran (risas).

En Barcelona también viví momentos especiales, sobre todo una noche en la que un amigo mío de la universidad —artista multidisciplinar que ahora vive en Berlín— presentó su disco ‘Plata Fina’. Fue muy bonito poder pinchar delante de todas mis amigas universitarias (risas).

Selin Kaya posando con un fondo arquitectónico en un día soleado Mujer de pie en un lugar urbano con estilo moderno y gafas de sol.

- Vamos acabando... ¿Cómo ves la escena local?

En la Part Forana nos hemos quedado un poco huérfanos tras el cierre de la ‘Fònica’. Salvo algunas excepciones, los amantes de la electrónica tenemos que bajar a Palma para disfrutar de la escena, y eso con los años da cada vez más pereza.

También está el tema de las fiestas patronales. He oído a artistas veteranos decir que antes la electrónica tenía cabida en fiestas de Quintos y me cuesta creerlo. Se ve que en vuestros tiempos, los ayuntamientos apostaban por la electrónica, mezclando artistas locales con nacionales o internacionales. Eso ahora es imposible. Prefieren poner a ‘deejays’ de 'reggaeton', a pesar de que muchas letras transmitan mensajes ofensivos y repugnantes, que personalmente, no soporto.

- Por último... ¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando?

Le diría que salga mucho para ver como pinchan los profesionales. También que se arme de paciencia, si bien reconozco que ahora tenemos unas facilidades que antes ni existían.

Creo que juzgar el presente comparándolo con el pasado es un error, puesto que cada generación es diferente. Hay que entender que los deejays de hoy en día no empezamos de la misma manera que los de antes. Pero sobre todo, que vea la música y lo que pueda hacer con ella como un tesoro, además de tratarla con muchísimo respeto.

FAST CHECK

  • Un deejay: Bloody Mary
  • Un productor: Brälle
  • Un tema: “Condor to Mallorca” de Jeff Mills
  • Un estilo que no sea electrónica: Postpunk
  • Un club: Moog Barcelona
  • Un festival: Sónar
  • Una comida: arrós brut
  • Una bebida: agua
  • Una película: ‘Todo sobre mi madre’ (Pedro Almodóvar, 1999)
  • Una serie: ‘Dark’
  • Un lugar para perderse: sa Serra de Tramuntana
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