Més per Mallorca ha perdido a uno de esos elementos que ayudan a los partidos a estar conectados con la gente de a pie. Harto de promesas incumplidas, Guillem Amengual, portavoz de Mallorcasensesang, anunció ayer en mallorcadiario.com que ha decidido abandonar la formación econacionalista en cuyas listas fiuraba en las elecciones de 2015, y pasarse a Esquerra Unida.
Descontento y bronca públicas del portavoz de un colectivo con pujanza y fuerza en las redes sociales contra un Govern que no ha cumplido las promesas.
Debería no olvidar este Govern del Pacte como Francesc Antich perdió unas elecciones autonómicas cuando en plena campaña electoral los otrora influyentes ecologistas del GOB le levantaron un muro simbólico de cemento a las puertas del Consolat. Hoy el GOB es menos influyente, y ese papel de fuerza social lo ha recogido el colectivo animalista. Por tanto, con este colectivo tan movilizado enlas redes descontento puede repetirse la historia.
Dejando aparte el debate 'toros sí, toros no', Amengual parece acertar en sus críticas. Deja Més aunque los que encabezan la lista de culpas son Podem y el PSIB. Se va más que nada porque se siente traicionado por todo el Govern.
Podem ha pecado de lo que sabíamos que pecaría desde que apareció en escena: de falta de experiencia. El texto de la Lley de Benestar Animal -cuya redacción corría a cargo del partido de Camargo- era algo poco distinto a un bodrio. Esos fallos tienen el texto en parálisis casi permanente en el Parlament.
Luego está el PSIB de Armengol, que ha echado el freno de mano y marca la justa equidistancia entre la promesa a los animalistas y el interés por no perder votos en la Serra de Tramuntana. O sea, marca de la casa.
Muy pronto aparecen los descontentos en las filas de los partidos del Pacte. Y faltan casi 3 años de legislatura.