Entrevista a Gabriel Escarrer, director ejecutivo de Melià Hotels International

"Busquets ha anunciado la continuidad de medidas que no son las que se necesitan"

gabriel escarrer

A sus 46 años, Gabriel Escarrer Jaume cumple ahora un año como máximo ejecutivo del grupo Meliá Hotels International, tras sustituir a su padre, Gabriel Escarrer Juliá, al frente de la compañía que este creó en 1956 y que sigue encabezando como presidente no ejecutivo. Vicepresidente y consejero delegado de la que se ha convertido en una de las principales compañías hoteleras en todo el mundo, lidera el sector en España al frente de una compañía con más de 370 hoteles repartidos por 43 países de 4 continentes. Desde su atalaya privilegiada, charla con mallorcadiario.com de los retos del sector y no pierde la oportunidad de recordar a las administraciones públicas la necesidad de defender un negocio que supera el 11 por ciento del producto interior bruto nacional y que, en Balears, constituye el eje fundamental para cualquier desarrollo económico de la comunidad.

El Palau de Congressos ha sido el símbolo de la actividad de la compañía en Mallorca en 2017. ¿Hasta qué punto ha sido importante poner en marcha esta infraestructura, para Meliá y para Mallorca?

Todos teníamos grandes expectativas sobre la potencialidad del Palau de Congressos de Palma para generar un impacto muy positivo en la ciudad de Palma y en toda la isla, y transformar nuestro modelo turístico al fomentar el turismo de alta calidad y durante todo el año.

Creo que a medida que vamos operando el Palau de Congressos nos damos cuenta de que no sólo nuestras expectativas estaban bien fundadas, sino que se están cumpliendo en mayor medida y de forma más rápida, de lo previsto. Sólo en los 9 meses en que hemos estado abiertos de 2017 – con lo complicado que resulta lanzar un proyecto como este, tanto desde el punto de vista operativo como comercial- hemos superado nuestras expectativas de ingresos y de visitantes, y las reservas, y el interés existente para 2018, siguen en la misma línea.

Hay que pensar que hoy, las ciudades más turísticas del mundo acogen un turismo más complejo, exigente, y que espera combinar el negocio con el ocio y la cultura, y Palma es la ciudad perfecta para ello porque lo tiene todo. Es por ello que, específicamente, la reacción del mercado internacional de congresos o “MICE” ( Meetings, Incentives, Conventions and Events) ante la apertura de nuestro Palau ha sido especialmente entusiasta, puesto que Palma cumple todos los requisitos para organizar los mejores congresos y convenciones dirigidos a los grandes países emisores de Europa. Parece evidente que el mercado lo estaba esperando, y que, por el momento, no hemos defraudado sus expectativas, sino que las habríamos superado.

¿Una remodelación del Paseo Marítimo en el tramo del Meliá Victoria y el Palas Atenea sería un buen complemento para acabar de redibujar la línea litoral de la ciudad? ¿Qué proyectos hay?

Como tales proyectos no puedo decirle, todo estará supeditado a los planes y a la iniciativa pública del Ayuntamiento de Palma y de la Autoridad Portuaria, competente en la zona del puerto. Si me pregunta por lo que nos gustaría hacer a nosotros, es evidente que querríamos reposicionar todo el Paseo Marítimo en un nivel más atractivo y acogedor para nuestros visitantes, y para nuestros residentes, y que ello pasaría por renovar los hoteles, que constituyen una parte importante de la fachada marítima de Palma, de manera integral, incluyendo fachadas, accesos, oferta comercial y de alimentación y bebidas, etc, de forma que se maximice el potencial de los espectaculares espacios que nuestros hoteles ofrecen, para un cliente más exigente y rentable, pero también para el conjunto de visitantes y residentes de Palma. Habría una importante inversión detrás de todo ello, pero si el entorno y las Administraciones Públicas ayudan, estoy seguro de que lograríamos llevar adelante los mejores proyectos para transformar nuestra ciudad.

Una vez más, al igual que comprobamos en Magaluf (Calviá) se pone de manifiesto la importancia del impulso y el apoyo público, en colaboración con la inversión y el know-how de las empresas privadas, para que progresen las ciudades y los destinos.

Fuera de Mallorca, ¿cuáles han sido las iniciativas que han marcado la acción de la compañía este 2017?

En el plano de la expansión y las nuevas aperturas, en Meliá hemos incorporado más de 30 hoteles, una gran parte de ellos en Asia-Pacífico, que vuelve a ser el área en la que más crecemos, incluyendo hoteles de un extraordinario nivel como serán el Gran Meliá Venecia, junto a la Plaza de San Marcos, o el Meliá Iguazú que ya estamos operando. En cuanto a las grandes aperturas, mencionaré sin duda el Gran Meliá Palacio de los Duques, junto al Palacio Real de Madrid, que ha ganado ya tres reconocimientos internacionales como mejor hotel en el segmento de lujo urbano.

Desde el punto de vista de la estrategia, cerraremos 2017 como un año de grandes avances en nuestro Plan Estratégico (en el marco del cual hemos refrescado y reposicionado nuestras marcas y hemos avanzado de manera importante en nuestro proceso de transformación digital) y en nuestra reputación, ya que Meliá ha vuelto a ser elegida como la Compañía Turística con mejor reputación corporativa en España, mejor marca corporativa del sector hotelero a nivel global, y como un líder global en compromiso ESG (Medioambiental, Social y de Gobierno Corporativo).

Personalmente, 2017 ha sido para mí un año clave, desde que en diciembre de 2016 asumí la totalidad de las facultades ejecutivas en la Compañía, y con ello, una mayor responsabilidad y liderazgo, al tomar el testigo de mi padre tras nada menos que 60 años al frente de la empresa que él mismo fundó, y que hoy es la primera hotelera de España y la tercera de Europa.

¿Qué espera para 2018?

En 2018 vamos a seguir incrementando nuestra presencia internacional, abriendo hoteles como el Gran Meliá Maldivas, o tres nuevos hoteles Meliá y Gran Meliá en China, además del fastuoso ME Dubai, el proyecto póstumo de la genial arquitecta Zaha Hadid, entre otros. En España tenemos prevista la apertura de al menos tres nuevos hoteles, en Cartagena, Estepona, y Sitges

A nivel de Baleares, espero también que sea, como primer año completo de funcionamiento, el de la consolidación del Palau de Congressos de Palma, y el de lanzamiento del nuevo hotel de Magaluf (en el solar del antiguo hotel Jamaica) y su moderna plaza comercial, que representará un nuevo paso en la transformación de Magaluf en un destino de calidad.

A nivel global, en 2018 esperamos continuar fortaleciendo el liderazgo de Meliá en el segmento vacacional, y cada vez más, en las ciudades, donde nuestra experiencia en resorts nos otorga ventaja competitiva para hacer hoteles que combinen la experiencia urbana con el ocio y el estilo de vida. Espero, en fin, ver resultados importantes de nuestra apuesta estratégica por lo digital, y, a medida que los hoteles nuevos y renovados superan su fase de lanzamiento y toman velocidad de crucero, ver también cómo se consolida el modelo de negocio orientado a la gestión hotelera y su rentabilidad, por el que hemos apostado en nuestro Plan Estratégico.

¿Algún proyecto no hotelero?

Tenemos muchos proyectos, pero prácticamente todos están vinculados a los hoteles: hablo de aquellos productos y servicios “complementarios” o de estilo de vida que ofrecemos a nuestros clientes para complementar su experiencia: bares, restaurantes, clubes de playa, instalaciones deportivas, golf, etc. Mantenemos también, aunque centrado fundamentalmente en América, el negocio del club vacacional, que hemos rebautizado como el nuevo concepto “The Circle” y que como tal sigue creciendo de manera complementaria a nuestro negocio hotelero.

A diferencia de otros grandes grupos turísticos, también de Baleares, en Meliá siempre hemos sido hoteleros y queremos seguir siendo esencialmente hoteleros: nuestro objetivo no es el de ser más grandes, sino el de ser más fuertes.

Como referente del sector, es importante su visión de la política turística a nivel local y a nivel nacional. Las últimas temporadas hemos visto un aumento en el número de estancias y, de forma paralela, la reacción de algunos sectores contra el turismo; incluso, la propia administración utiliza el turismo para justificar algunos problemas o carencias que sufren los ciudadanos. ¿Desde su posición, cómo valora estas opiniones?

En primer lugar, todos hemos de ser conscientes de lo que representa el turismo, como motor económico de las Islas y responsable de más de dos tercios de la riqueza generada en Baleares. El turismo ha puesto a Baleares en el mapa, y, si bien es cierto que en los últimos años hemos recibido una gran parte de clientela “prestada” por otros destinos y hemos desbordado las previsiones, también lo es que una gran parte de la saturación y desbordamiento de los servicios públicos ha sido provocada por el auge del alquiler vacacional descontrolado, gestionado por plataformas de internet. Esto no es una especulación, se deduce claramente si observamos que la oferta hotelera ha crecido tan sólo un 3% en los últimos 10 años, mientras que los turistas han crecido exponencialmente, en torno al 40 %. Dichos modelos de negocio tampoco ayudan a la imagen de los destinos, ni a la redistribución social de la renta generada, ya que se ha demostrado que el alquiler vacacional general 17 veces menos valor añadido a la sociedad que otros modelos alojativos.

Soy un firme convencido de la necesidad de trabajar por un turismo más sostenible, como clave para nuestro presente y futuro, pero no por menos turismo, como alguno de nuestros dirigentes parece haber querido trasladar, incluso internacionalmente, a los mercados, generando una gran confusión y desconfianza. Ello implica trabajar en potenciar la calidad por encima de la cantidad (lo que no significa expulsar al turismo, sino orientar nuestra oferta hacia un turismo más selecto y rentable) en extender las llegadas a los meses de temporada media y baja, e incentivar la renovación de los destinos de manera integral, mediante colaboración público-privada.

Es de esta forma, y no mediante mensajes dudosos u hostiles hacia el turismo, o mediante subidas sucesivas en un impuesto redundante como la llamada ecotasa, que se podrá crear más riqueza de manera sostenible, consolidando al mismo tiempo un modelo turístico más deseable. Como ejemplo de éxito, recordaré la Ley General turística del año 2009, derogada recientemente por este Gobierno, que ha favorecido la renovación de una gran parte de nuestro sector y ha atraído más de 1.100 millones de euros de inversiones en nuestros hoteles en los últimos años.

Cuándo viaja por todo el mundo y negocia inversiones y proyectos de gran impacto ¿cómo se ve estas actuaciones que aquí hemos bautizado como ‘turismofobia’?

En casa, mi padre siempre nos ha dicho que “con las cosas de comer, no se juega”, y en Baleares vivimos, y comemos, principalmente gracias al turismo. Atacar al turismo es propio únicamente de anti-sistemas, que a día de hoy, no parecen tener un sistema alternativo para que los ciudadanos de baleares puedan vivir, si ellos consiguieran expulsar a los turistas.

Dicho esto, es cierto que modelos de negocio disruptivos como ha sido la eclosión del alquiler vacacional descontrolado y no-planificado, o las carencias en infraestructuras básicas como las hídricas, por ejemplo, propician que los ciudadanos se indignen ante la saturación del centro de las ciudades o el desbordamiento de los servicios públicos, produciéndose un desafecto por el turista, y unas expresiones, ya sean pintadas, manifestaciones, etc..., que hoy en día dan la vuelta al mundo, y transmiten la imagen de que los turistas no son bienvenidos en las islas, constituyendo una seria amenaza para nuestra imagen.

Por ello, rogaría a las autoridades que mimen al turismo, que lo pongan en valor, y que velen por recuperar el aprecio de la ciudadanía por nuestra primera industria, mientras actúan de manera decidida para ordenar, planificar y regular las diferentes ofertas de alojamiento, y no sólo los hoteles, porque sólo así podrá regularse el flujo de visitantes, en cantidad y calidad, que deseamos.

Se ha llegado a pronosticar una caída de un millón de turistas el próximo año en Baleares. ¿Cree que es posible?

Es todavía muy prematuro pero en Londres, durante la World Travel market de este año, donde se siente claramente el pulso del mercado, comprobamos el impacto que el brexit ha tenido y seguirá teniendo en un mercado esencial como es el británico, cada vez más sensible al precio, y al cual la ecotasa ahora duplicada, irrita de manera considerable, al igual que al mercado alemán, por cierto.

Además, hemos podido comprobar cómo la incipiente recuperación -afortunadamente para ellos y para la seguridad internacional- de destinos como Túnez, Egipto o Turquía, ha comenzado a notarse en el desvío de numerosos vuelos que antes venían a Baleares.

Creo que en Baleares, muchos hemos hecho bien los deberes y hemos apostado por renovar y mejorar nuestra oferta, fidelizando y atrayendo a un tipo de turista diferenciado, y de mayor interés, que el que se mueve únicamente por precio, pero hay una gran parte de nuestra oferta que posiblemente, no sea competitiva frente a las agresivas ofertas que realizarán Tunez o Egipto, por ejemplo, ya en 2018.

Esta misma semana hemos asistido al relevo al frente de la consellería de Turismo. ¿Qué puede esperar el sector de Bel Busquets?

Es muy pronto para emitir una valoración, pero la nueva Consellera ha anunciado continuidad, y es sabido que las medidas adoptadas por el ejecutivo hasta este momento en materia turística, no son las que entendemos que Baleares necesita hoy. Dicho esto, volvemos a tender la mano a la nueva Vicepresidenta para colaborar en la mejora de nuestro modelo turístico, y le deseamos lo mejor en su mandato, porque con el turismo todos los ciudadanos de Baleares nos jugamos mucho.

¿Qué política turística cree que habría que aplicar en Baleares, más allá de la ecotasa?

Como le dije, creo firmemente en construir un modelo turístico más sostenible y rentable, tanto a nivel social, de creación de empleo y derrama económica para las comunidades, como para las empresas, y esto es precisamente lo que hemos intentado, y en buena medida, conseguido, con fórmulas de colaboración público-privada como la desarrollada para el proyecto de reposicionamiento de Magaluf.

Por otra parte, el reciente acuerdo alcanzado por el sector con los principales sindicatos de las Islas para un incremento salarial del 17 por ciento en tres años demuestra también nuestra intención de que los beneficios de un modelo turístico próspero y rentable se distribuyan de manera equitativa entre la sociedad.

Por ello, más allá de generar enfrentamientos y desconfianza entre el sector privado y las Administraciones, ahondando en el abismo que hay entre nosotros y adoptando decisiones unilaterales como la ecotasa, su duplicación este año, y el destino de los fondos generados, deberíamos apostar mucho más por la colaboración, porque trabajar por un turismo más rentable y equitativo es una victoria para todos. Creo que una Administración Pública sensata debería aprovechar al máximo la disponibilidad del sector privado balear para invertir y colaborar en la mejora de nuestros destinos.

La promoción turística centrada en los meses de invierno…

Me parece inteligente y positivo; con este fin fue creada, siendo alcalde Mateo Isern, la Fundación Palma Turismo 365, y hoy podemos decir que su trabajo promocional ha sido acertado y exitoso, y que entre todos hemos conseguido grandes avances. Pero no basta con focalizar la promoción turística, que al fin y al cabo representa un presupuesto mínimo, sino que hay que incentivar la llegada de vuelos, la apertura de oferta comercial y de ocio, etc, y las infraestructuras y segmentos de valor añadido.

Y el Gobierno central ¿qué debe hacer en materia turística?

Creo que en los últimos años, en el Gobierno central, de uno y otro color, ha faltado claramente foco estratégico, y prioridad política y presupuestaria, hacia el turismo, como lo prueba el hecho de que un país que es el segundo o tercer destino mundial de turismo internacional, no tenga un Ministerio de Turismo.

Como consecuencia de ello, y de la dispersión competencial en Comunidades Autónomas e incluso entidades insulares y provinciales, hemos visto nacer varios planes estratégicos nacionales de turismo, que nunca se han llevado a la práctica, y han llevado al sector privado a tomar la iniciativa, como es, y lamento ser reiterativo, pero es un gran ejemplo, el caso de Meliá en el proyecto de reposicionamiento de Magaluf, o de Torremolinos.

Actualmente creo que la Secretaría de Estado tiene una visión de las necesidades del país, y la voluntad de apostar, consecuentemente, por el reposicionamiento de los destinos maduros o “pioneros” de nuestro país, pero echamos de menos un impulso político e inversor más intenso, así como un mayor liderazgo en innovación y digitalización, que hoy día es básico para la promoción turística.

¿En qué medida ha afectado la crisis catalana a la imagen turística del país y al sector hotelero?

El turismo busca seguridad y estabilidad, esto es un hecho, y resulta sorprendente comprobar que las tensiones políticas y sociales en Cataluña han afectado al turismo de manera más importante, todavía, que los atentados del pasado mes de agosto. Hoy en día, la información es global, y las imágenes y mensajes que se difundieron internacionalmente, dibujando una situación casi de enfrentamientos civiles, con sesgos e incluso manipulaciones que luego hemos conocido, hicieron mucho daño a la imagen de Cataluña y de toda España.

Los resultados han sido de caídas moderadas de la ocupación y los precios (en un entorno nacional de fuertes subidas) y, lo que es peor, las expectativas para el primer trimestre de 2018 son de caídas mucho más importantes, según el estudio publicado hace unos días por Exceltur. Cómo se administren los resultados de las elecciones autonómicas nos dirán si es posible recuperar la estabilidad a corto plazo, pero en cualquier caso, el éxodo de más de 3.000 empresas de Cataluña, en sí mismo, ya es un factor que hará disminuir en importante medida, la ocupación y los precios de la oferta hotelera de una ciudad como Barcelona, con una planta hotelera de altísimo nivel y volumen, además de perjudicar a segmentos como los congresos etc, en los que Barcelona ha sido siempre líder.

Sobre la política económica llevada a cabo por el Gobierno central (crecimiento económico, descenso del paro, reforma laboral…) ¿en qué medida afecta al desarrollo del sector? ¿Qué habría que modificar?

Creo que España ha aplicado una política económica que no voy a calificar de ejemplar (porque hay muchos aspectos mejorables) pero si suficiente para devolver la confianza a los distintos sectores, y con ello, retornar al dinamismo, la creación de empresas y el crecimiento de las existentes. En cuanto a la reforma laboral, era una necesidad imperiosa para volver a la senda de creación de empleo, aunque existen todavía retos muy importantes como los desmesurados costes sociales y el nivel, todavía bajo, de muchos salarios. Creo que el gran reto de nuestra legislación laboral es el cultural, pues existe la creencia de que un marco laboral más rígido beneficia al empleado y a su estabilidad, pero en el mundo actual es precisamente lo contrario, y los países con un marco más flexible son los que tienen menos desempleo.

En el caso del turismo, creo que se podría mejorar el tratamiento fiscal y los incentivos que se han aplicado a los proyectos de renovación y reposicionamiento, que han sido claramente insuficientes y hasta insignificantes, si se comparan con los aplicados, por ejemplo, al sector automovilístico.

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