La intantánea que le pasan a El Infiltrado es de este miércoles por la tarde: un hombre se pasea en bici por el Baluard del Príncep, en Palma. Pero no lo hace por el interior del recinto sino por la misma muralla.
Se trata de un enclave histórico, de una riqueza cultural y patrimonial inmensa para la ciudad, ya que son las murallas que rodeaban Palma hace siglos.
Pero además de no respetar una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, pone en peligro su integridad física, ya que está a más de cuatro metros de altura.
Por desgracia, no es la primera vez que el recinto sufre agresiones: son muchos los casos de pintadas y graffitis, con el consiguiente gasto público en limpieza que supone.
