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El problema no es la corrupción, es el modelo de Estado

El autor critica a la izquierda por ocultar la corrupción histórica en todos los partidos y cuestiona su modelo de sociedad. Defiende la importancia del cristianismo en la moral pública y señala que el verdadero problema es la gestión del Estado y las promesas incumplidas a los ciudadanos.

En defensa de algunos socialistas

El autor defiende la democracia y la participación de todos los partidos constitucionalistas, destacando la necesidad de renovación en el PSOE y la importancia de la pluralidad. Advierte sobre los peligros del autoritarismo y la venganza política, promoviendo el diálogo y el respeto entre las ideologías.