Mi primer contacto con la Bodega Bellver está ligado a los maravillosos años de estudiante menorquín en Palma, compartiendo piso con otros menorquines, un “Gran Hermano” 20 años antes de que lo popularizara Tele 5. Teníamos poco dinero, la “paga” que nos mandaban desde casa cada mes, y algún que otro trabajo esporádico que nos facilitaba nuestro compañero “no estudiante” de piso, Kiko Marqués, mayor que nosotros, trabajaba en una agencia de transportes “Al·lots, voleu venir a descarregar un container de jamons?” Volvíamos al piso oliendo a tocino y con 200 pesetas en el bolsillo, que dedicábamos a algún capricho.
Con poco dinero lo pasamos muy bien, nos divertíamos, aprendimos mucho, a convivir, a cocinar, a respetarnos, a valorar lo que habíamos “dejado” en Menorca, lo mucho que nos querían y cuidaban nuestros padres, alguna pelea sin mucha importancia, y forjamos amistades que han sobrevivido hasta hoy y más allá. Compartir piso, con todo lo que esto supone, poco después de salir de la adolescencia, deja huella, casi siempre para bien.
Una de las cosas que nos permitíamos algún sábado por la tarde era ir a tomar un bocata de lomo con queso y un vino peleón en la Bodega Bellver. Nos parecía un manjar, y lo era. Las mesas y los taburetes de enanitos, las botas de vino gigantes, las cientos de fotos, botellas de licor y otros objetos que cubrían las paredes le daban un encanto especial.
“Bodega fundada en 1920. Vinos nacionales e importación. Bocadillos y meriendas” Así reza el cartel en la fachada de este pequeño local en pleno corazón de Palma. Hace más de 100 años la familia Ramis lo abrió como tienda de vinos a granel y licorería, y a principios de los años 60, con el crecimiento del turismo, lo habilitaron como bar, y pasó a ser parada obligada para los turistas en las rutas nocturnas por el centro de la ciudad.
En 1970 se puso detrás de la barra Juan Roig, que lo regentó durante 40 años, y fue durante esta etapa que un frenazo en la afluencia de turistas y la prohibición de la venta de alcohol a granel hizo que los lugareños “recuperaran” su espacio, sus mesas, que volvieran a esta emblemática taberna, y aparecieron los llonguets, nunca mejor dicho porque así se conoce a los palmesanos.
Con la jubilación de Roig en 2014 parecía que la Bodega pasaría a la historia pero uno de sus empleados, Cliff Amengual, y un cliente habitual, Pep Rotger, vieron que el negocio tenía recorrido y se produjo el relevo. Cliff y Pep han hecho algunos cambios, en las instalaciones, en la decoración, en la variedad de vinos y en el repertorio de llonguets, incorporando nuevas combinaciones de productos e ingredientes, como las sorprendentes Sardines coentes, Sobrasada con miel, o Queso de cabra con bacon y confitura de tomate, pero siempre conservando la esencia.
Esto lo constatamos hace dos años, rondando los 60, mi buen amigo Kiko Marqués y yo. Quisimos “revivir” la bodega, pero con nuestras hijas Neus y Clara, rondando los 30, para contarles una más de nuestras batallitas de aquella época de compartir piso de estudiantes, de telenovelas sudamericanas en la sobremesa, de botellón por Sant Sebastià, y para ver si todo seguía igual. Fue un revival delicioso, un viaje en el tiempo.
Nos encantó comprobar que sí, que la esencia es la misma. Casi cuarenta años después comimos el llonguet de lomo con queso de nuestra juventud, todavía estaba allí, y en esta ocasión añadimos a este peculiar menú otro de los clásicos, de Botifarró, el de Tortilla de sobrasada, y el de Chistorra con huevo frito, esta vez con un buen vino.
La Bodega Bellver es mucho más que un bar, sus paredes cuentan la historia del siglo XX en Palma, forma parte del paisaje urbano y emocional de la ciudad, como el añorado Bar Moka o el Triquet. Estas “instituciones” no tendrían que desaparecer, pero a veces es inevitable. Algunos se actualizan, sin perder toda su esencia, como el Bar Bosch, el Lírico o la Bodega La Rambla y, aunque no es exactamente lo mismo, se agradece. Por suerte la Bodega Bellver resiste, que sea por muchos años!
Ficha:
Dirección: Carrer de Can Serinyà, 2
Teléfono: 971724796
Web: no tiene
Reservas: por teléfono o in situ
Tipo de cocina: Bocadillos, Vinos